¡Al agua, patos! pero protegidos

AutorFélix Barrón

Llegó el verano y también los días ideales para disfrutar del sol, el mar y las albercas.

Sin embargo, llevar a los niños a una alberca requiere de cuidado y de gran responsabilidad por parte de los padres de familia.

La diversión y los chapuzones refrescantes también deben ir de la mano de la prevención.

Especialistas en natación dan sus recomendaciones. Toma nota.

Locación: Instituto de Educación Naciones Unidas

Fotos: Arturo López

Saber nadar: seguro de vida

Las clases de natación son como un seguro de vida, indica Elena Ibáñez, coordinadora de natación del Instituto de Educación Naciones Unidas.

"Los padres toman la decisión de enseñarles a nadar desde temprana edad. Hay una cultura de hacer muchas fiestas de alberca, y los papás han querido que aprendan a nadar como seguro de vida, además de que sirve también como deporte", indica la especialista en nado.

Los niños pueden entrar a clases de natación desde los seis meses, dice, para que se acostumbren al agua.

Desde esa edad se comienza con la estimulación y se les enseña a los bebés la respiración en el agua.

"Es muy importante que aprendan a nadar a muy temprana edad porque la tendencia es que los lleven a lugares en donde haya agua y a diario suceden accidentes", señala Ibáñez.

Las clases de natación también tienen beneficios físicos, ya que se trabaja la coordinación motriz en los pequeños, se realiza trabajo cardiopulmonar y se desarrollan los músculos, agrega.

Supervisados en todo momento

Siempre que los niños estén en la alberca un adulto debe vigilar en todo momento, ésa es una de las reglas principales, advierte la instructora Elena Ibáñez.

"El niño, aunque sepa nadar, nunca debe estar solo. Los niños juegan, se pueden dar golpes, les puede dar un calambre, se pueden tomar un trago de agua y en ese momento a lo mejor no saben cómo reaccionar. Siempre hace falta la vigilancia de los papás", dice.

Los padres de familia necesitan conocer la alberca y la profundidad de ésta para saber hasta dónde puede llegar el niño. A éste se le deben notificar también los espacios.

En el caso de papás que no sepan nadar es importante que tengan a la mano una vara larga o algún salvavidas que sirva como auxiliar.

David Villarreal, maestro de natación del Instituto Regiomontano Chepevera, recalca la importancia de no ingerir alimentos dos horas antes de entrar a la alberca.

"A lo mejor exageramos al decir dos horas, pero es mejor", destaca Villarreal.

"Puede haber calambres. Al querer hacer...

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