Administración de Tecnología / Inocencia tecnológica

AutorEnrique Canales

Ayer fue el Día de los Inocentes, según la tradición cristiana los inocentes murieron sin saber ni qué onda les pegó. Por analogía, ayer 28 de diciembre, festejamos a todos los que no comprenden la situación que los va a afectar. Muchos inocentes perderán su trabajo el año que viene, por no comprender los varios frentes que contiene la lucha tecnológica.

De repente los negocios comienzan a bajar su margen, igualmente dejamos de comprar las cosas en el mismo lugar que antes. De repente compramos el mandado en otro mercadito y las medicinas en otra farmacia. Ya pronto vamos a ir a otra taquería y menos mujeres van a hacer pasteles en su casa.

Nuestros competidores modifican sus productos y ofrecen unos servicios que nosotros no ofrecemos. Antes comprábamos otras materias primas diferentes y teníamos otros procesos; tirábamos mucha basura y consumíamos más combustibles. Antes, más gente trabajaba en la oficina y la nómina era mayor.

No cabe duda, lo que hacemos en nuestro trabajo ya está cambiando, y la manera como lo hacemos también. Pero, ¿quién está empujando estos cambios?, ¿serán los hombres blancos del primer mundo?, ¿serán las ganas de hacer más cosas con menos sudor?, ¿serán las ganas de vivir con más salud, con menos hambre y más rápido?

La administración de la tecnología, procura entender las necesidades y las angustias de la sociedad, percibir los cambios de valores y sobre todo las demandas de nuevas tecnologías y nuevos requisitos de los consumidores. Ahora nos urge dominar los procesos de innovación necesarios, no sólo para sobrevivir a estos cambios, sino para provocarlos a nuestro favor.

No es lo mismo ser un inocente empujado, presionado y arrollado, que dirigir el empuje, concentrar la presión de nuestras ventajas y arrollar al competidor.

Hay algunos frentes de cambio o frentes tecnológicos en donde está claro que nosotros no podemos hacer nada para modificar el curso que toman las nuevas tecnologías. Yo todavía cuento con un televisor mediano, muy pesado, cuadradote, con conexiones por atrás muy difícil de manipular. Sé que en mi futuro es probable que deba dinero para comprar un televisor más grande y plano, con sonido multifónico y con rapidez de captura de un catálogo mundial de películas por satélite.

Se vé, se siente, mi buen televisor bromoso en pocos años va a marchar. De forma...

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