Adiós, vaquero electrificado

AutorIsaac Flores

Fotos: Iván Serna

Hasta ese momento los autos que combinaban motores de gasolina y electricidad eran sinónimo de eficiencia, manejo sobrio y baja contaminación. Pero llegó 2013. Y un aerodinámico BMW reveló que también podían ser emocionantes, atractivos, deslumbrantes: el i8, con tecnología de híbrido enchufable, había sido revelado.

El coupé, de líneas alargadas, puertas de apertura vertical y un inclinado cristal que recorre la parte posterior, comenzó a producirse al año siguiente. Eventualmente, se convirtió en safety car del serial de monoplazas eléctricos Fórmula E. Se lanzó con carrocería convertible. Se vendieron 20 mil unidades a lo largo de 6 años. Se convirtió en un híbrido insignia, casi legendario.

Pero, finalmente, llegó éste: el Ultimate Sophisto Edition, uno de los últimos ejemplares del i8, cuya producción finalizó ya en junio pasado. Limitado a 200 unidades, marca el punto final de la época de este superauto.

Y lo hace con detalles que lo vuelven una vistosísima pieza de colección: la pintura metálica gris se acompaña con detalles de color cobre en el marco de la parrilla de riñón, los rines de 20 pulgadas y los faldones laterales. En tanto que, dentro de la cabina, a la tapicería en negro y naranja, se suma una exclusiva placa ubicada en la consola y que indica que éste es 1 de 200 en el mundo.

A lo largo de los años el tren motriz no tuvo grandes modificaciones, pero las cifras del i8 siguen siendo impactantes: la suma del 3 cilindros con el...

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