Adiós Grecia; hola China

AutorAdrián Basilio

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ATENAS.- Por más de cinco años los griegos compartieron emociones, miedos, dudas. Ayer compartieron su satisfacción de haber organizado los Juegos Olímpicos de Atenas sin contratiempos en una Ceremonia de Clausura literalmente familiar.

Los atenienses emularon en el Estadio Olímpico los rituales de la cosecha del trigo, las celebraciones familiares y los bailes típicos y la hora de compartir los alimentos, como tratando de recrear todo el proceso que llevaron a cabo para que a su regreso a la cuna que los vio nacer, los Juegos cumplieran su objetivo de unir al mundo.

En un sembradío de trigo sintético en forma de caracol, los anfitriones dejaron ver cómo viven cotidianamente, sin faltar nunca la cooperación y el ritmo, valores que combinaron muy bien para que sus Juegos, resultaran "un sueño inolvidable", como los catalogó el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.

Desde el cielo, los Dioses del Olimpo personificados en dos dirigibles y varios helicópteros, vigilaban al público que abarrotó el estadio y empezaron a buscar en el horizonte su próxima reaparición, ahora en la milenaria China.

La presidenta del Comité Organizador, Gianna Angelopoulos superó su encomienda y como premio recibió su medalla de oro, la Orden Olímpica.

El trigo, cereal básico en la alimentación de muchas culturas, y no el olivo, fue uno de los protagonistas del adiós a los deportistas. El fuego, elemento que para los griegos dio mucho brillo a Atenas 2004 y sirvió para unir los aros olímpicos en la Ceremonia de Inauguración, ahora sólo estuvo presente en el pebetero, que dejó de arder, gracias al simbólico soplido de una...

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