Adiós al ángel de las palabras

AutorMirtia Hernández y con información de Abraham Vázquez

"Yo eso de morir lo dejo para el último", decía. Más que una de sus frases ingeniosas, era su manifiesto. Germán Dehesa hizo de vida su gran apuesta a lo largo de 66 años.

Escritor, guionista de televisión, dramaturgo, actor de cabaret, profesor de literatura, columnista... Dehesa fue un hombre de letras.

Y fue por sus letras que en 2008 recibió el premio Don Quijote, de manos del Rey Juan Carlos de España. Apenas el 14 de agosto, el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, lo reconoció como Ciudadano Distinguido.

Pero si fue a la literatura lo hizo para enriquecer su gran pasión: la vida.

"No creo haberme dispensado de vivir por los libros, es decir, no es mi caso como el de algunos seres que han escogido leer, por miedo a vivir; hay otros que se meten a la vida por miedo a la belleza, por miedo al conocimiento. Yo he ido y venido", dijo en su artículo "Yo Contra Mí", publicado en el 2004.

El dominio de la palabra y el diálogo lo desarrolló desde niño, pues contaba que le platicaba a su hermano mayor, Ángel, enfermo de parálisis cerebral, historias de lo que veía en la calle y de lo que descubría en el mundo de los libros.

Esta práctica que realizó durante más de 20 años la convirtió en un don. Así pudo aprender a imaginar "desde el otro", suponer lo que pensaba, ya que en la comunicación con su hermano, las respuestas a sus narraciones se daban sólo mediante apretones de manos.

Germán Dehesa Violante nació en la Ciudad de México el 1 de julio de 1944, en la zona de Tacubaya, como él diría, muy cerca del Molino del Rey.

Gran parte de su infancia y juventud la pasó caminando por la Colonia Del Valle, donde hizo sus estudios de bachillerato en el Centro Universitario México, de los maristas.

Más tarde ingresó a la UNAM, donde estudió las carreras de Ingeniería Química y Letras Hispánicas. En la Facultad de Filosofía y Letras fue profesor y catedrático por más de 40 años.

El autor de libros como Adiós a la Trampa, Cuestión de Amor y ¡Fallaste, Corazón! era un amante de la lectura y ferviente promotor.

Relataba que cuando dio clases de literatura en bachillerato no pasaba asistencia a sus alumnos, sólo les presentaba una lista de obras a leer en el curso y cuando terminaban un título debían acudir al aula a comentárselo; los jóvenes hacían fila para entrar al salón.

Fue editorialista de los periódicos Novedades, El Financiero y de EL NORTE, Reforma y Mural, de Grupo REFORMA.

En su columna, Gaceta del Ángel, en honor a su hermano, decía que...

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