Acuerdan diálogo AMLO-empresarios

AutorMayolo López y Claudia Guerrero

MÉXICO.- En Bosques de Ciruelos 278, en Las Lomas, Andrés Manuel López Obrador, quizá el político más vilipendiado por los empresarios en la historia contemporánea, libró ayer el obstáculo más rudo en su carrera a la Presidencia de la República.

A la mesa del Club Empresarios Bosques, 48 acaudalados hombres de negocios se sentaron a dialogar con el candidato más aventajado y el insólito cónclave de tres horas se cerró con una escena difícil de imaginar hace apenas unos días: López Obrador se estrechó en un abrazo con Claudio X. González Laporte, una de las voces que a lo largo de muchos años atacó al tabasqueño con furibundas embestidas.

"¿Sí hubo un abrazo?", se le preguntó al empresario de 83 años.

"Sí, claro..., y platicamos de beisbol", respondió.

El ex presidente del Consejo reconoció que el tabasqueño tiene un proyecto para el País, pero advirtió que primero es necesario que gane los comicios.

"Creo que tiene un plan, vamos a verlo en la instrumentación, si el primero de julio gana. Todavía vamos a ver qué sucede de aquí al primero de julio", expresó.

- Pero le siguen teniendo miedo a López Obrador?

-Vamos para adelante, a favor de México.

López Obrador tal vez no lanzó un sin hit ni carrera, pero sí dominó al equipo con el que por años mantuvo una relación más que tirante. Aficionado práctico al rey de los deportes, el tabasqueño por fin completó el out más difícil: el 27, a 26 días de la elección, la madre de todas las batallas.

El líder de Morena se apersonó ante los poderosos hombres de negocios poco después de las ocho y media de la mañana. Allí lo esperaban, entre otros, Germán Larrea, Emilio Azcárraga, Alberto Bailleres, Alejandro Ramírez, varios de los cuales intentaron descarrilarlo en los últimos días propalando un mensaje a sus empleados: Aguas con el populismo. Y el señalado como populista salió airoso de esa encerrona.

López Obrador pudo lanzar una bola curva para sacar un out preciado en el momento más álgido del desayuno, cuando los empresarios alzaron la voz para pedirle que dejara de etiquetarlos como miembros de "la mafia del poder".

"Nos necesitamos: yo tampoco quiero que me pongan como Chávez o como Maduro", reviró el invitado y la puerta al apaciguamiento de los ánimos se abrió en un santiamén. Incluso quedó abierta de par en par si el AMLO pega de home run el domingo 1 de julio.

"En una mesa de diálogo estamos dispuestos a discutir cuáles son los problemas de México y cuáles son las posibles soluciones. Quedamos...

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