Acción social

AutorDalia Rangel

Ampliar la oferta laboral y diversificar el mercado, pero, sobre todo, resolver problemáticas actuales en lo relativo a salud, ecología o economía comunitaria, entre otros tópicos, es el objetivo de distintos jóvenes emprendedores.

Conscientes de la necesidad de transformar sus ideas en proyectos, se apoyan en incubadoras y aceleradoras de negocios que comparten sus preocupaciones y emplean fórmulas socialmente responsables.

Tal es el caso de Victoria 147, organización dirigida por Ana Victoria García, especializada en apoyar a mujeres empresarias y luchar por la equidad. Así, por ejemplo, capacitaron a las fundadoras de Maka México en su búsqueda por emplear a artesanas y dignificar su trabajo.

Por otra parte, Thermy, enfocada en diagnóstico de cáncer de mama, contó con el apoyo de Startup México, con trayectoria añeja en el uso de tecnología; y el Tec de Monterrey beneficia a su comunidad, como a los jóvenes creadores de la iniciativa de reciclaje ProTrash.

Así, ellos los ayudan tanto a aterrizar sus ideas como a validar hipótesis y generar un modelo de negocios redituable, sin olvidarse de atender factores como búsqueda de inversión y evaluación de etapas de riesgo. Un caso de éxito es el de Thermy, que tuvo una génesis multidisciplinaria.

APUESTA AL CAMBIO

Una estrategia empleada por el Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera (IEEGL), del Tecnológico de Monterrey, para generar negocios socialmente responsables es difundir entre estudiantes y comunidad académica los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuenta Isaac Lucatero, director regional.

Establecidos por la Organización de las Naciones Unidas, son metas cuantificadas para fomentar la enseñanza universal, la salud, la igualdad, la sostenibilidad del medio ambiente y acabar con la pobreza.

"Los jóvenes (emprendedores) hoy se inclinan por temas como comercio justo, educación, equidad laboral y oficios digitales. Nosotros queremos que conozcan los ODM para que sus propuestas se desarrollen en este ámbito", cuenta Lucatero, "para ellos ha evolucionado esto de ser un negocio con utilidad económica a uno con utilidad social".

Además, desde su creación en 2003, forman en materia de creatividad y liderazgo a través de programas de enseñanza, una red de incubadoras/aceleradoras, networking y más.

"Creemos que todo emprendedor ya tiene un impacto, pero vemos que cada vez llegan más jóvenes con interés en lo social, es decir, hay más sensibilidad acerca del papel del emprendedor como agente de cambio", dice, "los jóvenes entusiastas se dan cuenta que hay una falla en la sociedad y proponen una solución".

En ese canal nació ProTrash, proyecto que recibió el Hult Prize 2016, la competencia de emprendimientos sociales más importante del mundo.

Andrea García, egresada de la Licenciatura en Arquitectura, junto a tres compañeras, se dio a la tarea de generar una solución al problema de basura en las calles. Su estrategia es...

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