Abel Hibert / ¿Quién tiene la culpa?

AutorAbel Hibert

La semana pasada en el foro denominado Encuentro Nacional de Empresarios, organizado por Coparmex en Monterrey para celebrar el 75 aniversario de ese sindicato patronal, empresarios de México, en presencia del Presidente Vicente Fox, condenaron la falta de resultados del Gobierno, criticaron la carrera de encuestas que buscan la popularidad estéril y pidieron que los gobernantes asuman costos políticos para rendir cuentas y evitar la "venezolización" de México.

Cuando se habla de falta de resultados por parte de nuestro gobierno, seguramente se estará hablando de que en los cuatro años de administración no ha sido posible impulsar las reformas estructurales que se necesitan para asegurar una base más sólida de crecimiento económico que pueda ser mejor distribuido entre los mexicanos.

El Ejecutivo ha presentado al Congreso una serie de propuestas sobre las reformas estructurales durante cuatro años consecutivos.

Una de éstas es la propuesta de reforma fiscal. Con diferentes matices, la propuesta se ha basado principalmente en poner un IVA generalizado a alimentos y medicinas, la supresión de ciertos regímenes especiales (transportistas, industria editorial, campo, entre otros), y la reducción de las tasas del Impuesto Sobre la Renta a personas físicas y morales para hacer más competitiva a la economía nacional con relación a otras economías con las que estamos compitiendo directamente.

Con estas propuestas se busca aumentar las facultades de distribución de la política fiscal, distribuyendo los recursos de los que gastan más hacia aquellos segmentos de la población que consumen menos. A pesar de que el tema ha sido ampliamente explicado, analizado, comentado, discutido en cualquier cantidad de foros; a pesar de que muchos analistas han explicado las ventajas de poner en marcha una reforma fiscal con esas características, la lógica política y electoral se impone a la lógica económica, y los partidos políticos han preferido no perder posiciones en las próximas elecciones.

En lugar de estas propuestas, sugieren fórmulas que llevan a una disminución de la recaudación al seguir dejando hoyos en la legislación fiscal; proponen incrementar el gasto público sin una contraparte de financiamiento, y se olvidan, o no quieren reconocer, de que parte de los recursos que se obtengan de la reforma fiscal van a ser destinados a cubrir el costo del rescate bancario, el pago de los Pidiregas y el explosivo crecimiento del déficit de los sistemas de pensiones...

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