Abel Hibert / La última de Bush

AutorAbel Hibert

El presidente George W. Bush no deja de sorprendernos, para mal, sobre todo cuando hace propuestas en materia económica. Desde que tomó como bandera la lucha contra el terrorismo después del 11 de septiembre, aprovecha cualquier foro internacional para imponer esa agenda sobre cualquier otra y todo gira sobre este tema.

Por ejemplo, en la última cumbre de la Asociación de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) impuso como agenda en las discusiones su agenda contra el terrorismo, y no un compromiso por parte de los Estados Unidos para que por medio de la apertura de la economía americana en la región se estimulara el crecimiento económico mundial.

Dentro de las propuestas novedosas en materia económica, sin duda destaca la relacionada con la deuda con Iraq. Después de la invasión a ese país, ex propiedad de Saddam Hussein, Estados Unidos se ha visto en problemas para mantener la paz en la región y buscar un mecanismo para asegurar la recuperación económica de ese país, y sobre todo asegurar un buen contrato a las empresas estadounidenses que se puedan beneficiar con la reconstrucción.

Entre las primeras propuestas, el Presidente Bush se dedicó a hacer una "cooperacha" para la reconstrucción de Iraq. El problema es que los países a los que ha acudido no han sido muy generosos al respecto. España contribuyó con 300 millones de dólares (mdd); Japón se vio más desprendido y donó mil 500 mdd; el Reino Unido prometió 912 mdd y la Unión Europea con trabajos reunió 200 mdd. A su Congreso le pidió la aprobación de un paquete por 87 mil mdd.

Como la "cooperacha" ha estado muy lenta y las necesidades financieras para la reconstrucción de Iraq son muchas, los genios del gabinete de Bush idearon una "ideota" para solucionar el problema.

La propuesta es que los países que son acreedores de Iraq le perdonen la deuda, porque ésta había sido contratada por una dictadura y por lo tanto debía ser repudiada. Para esto, los estadounidenses acuñaron un nuevo concepto denominado la "deuda del odio" uo "odious debt", en donde el nuevo gobierno y los ciudadanos iraquíes no son responsables de los "pecados" de una dictadura como la de Saddam.

La deuda externa de Iraq asciende en estos momentos a 150 mil mdd, en donde destacan 30 mil mdd correspondientes a países del Golfo Pérsico; 25 mil mdd se deben a Arabia Saudita; 17 mil mdd a Kuwait; 9 mil mdd a Japón; 8 mil mdd a Francia y a Rusia; 5 mil mdd a Estados Unidos, y 4.3 mil mdd a Alemania.

Obviamente...

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