Ximena Peredo / Renovación moral

AutorXimena Peredo

Por la masacre en el Penal de Apodaca el Gobernador Rodrigo Medina debe renunciar.

A diferencia de la tragedia del Casino Royale, los 44 internos ejecutados estaban bajo tutela y protección del Gobierno estatal cuando, con lista en mano, fueron llevados de sus celdas a sacarles los ojos, empalarlos por la boca, aplastarles los cráneos, cercenarles las cabezas o degollarlos. Esta barbarie sin precedentes en el sistema carcelario estatal precisa la renuncia inmediata del Gobernador.

No fue una riña, como intentaron hacernos creer. Fue un acto salvaje planeado por quienes comandan los penales del Estado. Tan es así que los autores materiales no han sido presentados. Sólo fueron detenidos por complicidad los celadores y tres ex funcionarios; y tres internos fueron trasladados a un Penal federal. Pero los torturadores y asesinos siguen ahí.

Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. emitió un comunicado alertando a las autoridades a no pretender solucionar "esta delicadísima situación con fuerza bruta", y exigieron la intervención inmediata del sistema ombudsman (Comisión Nacional de Derechos Humanos y Comisión Estatal de Derechos Humanos, así como la observación de organizaciones civiles de derechos humanos), pero en cambio el Gobierno estatal decidió incrementar el terror en su propia casa.

Desoyendo el consejo de recuperar su autoridad moral, el Gobierno permitió la entrada de elementos de las fuerzas federales y de la Fuerza Civil al penal. Los familiares de los internos reportan atrocidades contra la dignidad de todos los presos, a quienes desnudaron y acostaron en el patio para golpearlos y amenazarlos con violarlos con sus toletes. Aseguran que hay internos que muestran huellas de brutalidad policiaca y que incluso hay algunos con heridas de bala.

Es muy importante subrayar lo obvio, pero que por desgracia a pocos parece perturbar: estos actos criminales no sucedieron en algún terreno desolado, ni en alguna cueva de delincuentes. Ocurrieron dentro de un centro de readaptación social estatal, es decir, en un espacio público, del que es absolutamente responsable el Sr. Medina.

Pero además, en este caso, el Gobernador no...

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