¿Realmente las cadenas de e-mail hacen las donaciones que dicen?

AutorAlan Valdez

Algunas cartas cadena dejan muy claro que se trata de puros cuentos. Seguramente conoces el tipo. Son las que te salen con que "Chuchita Pérez le envió esta carta a 20 personas y al día siguiente se ganó un millón en la lotería. Juanito Fernández no la envió y al otro día lo aplastó una manada de elefantes furiosos escapados de un circo".

Por otra parte, a veces te llegan cartas cadena que por alguna u otra razón lucen al menos un poco más creíbles. Tal vez se trata de cartas que afirman que un magnate donará generosamente a tu caridad favorita si reenvías la carta a todos tus amigos, o tal vez lo que prometen es enviarte un flamante reproductor de MP3 si reúnes 500 nombres. ¿Alguna de estas aparentemente generosas cadenas llega a cumplir lo que promete?

Una de las cartas más famosa, y que ha estado rondando la Red por más tiempo, nació en los tiempos en que las cartas todavía se enviaban en sobres con estampillas. Craig Shergold, un niño al que le habían diagnosticado cáncer terminal, pidió por medio de una carta cadena que le enviaran tarjetas de felicitación para poder entrar al libro de los récords de Guinness, en la categoría de más tarjetas recibidas.

La buena noticia es que Shergold logró su meta y los millones de tarjetas que recibió entre 1989 y 1991 lo pusieron en los récords. La noticia todavía más buena es que la carta cadena llegó a un magnate que patrocinó la operación que salvaría a Shergold.

La mala noticia, por otra parte, es que las tarjetas siguieron y siguieron llegando: la carta cadena cobró vida propia y ya no había forma de detenerla. La familia cambió su dirección y el grupo Guinness incluso decidió retirar al récord de sus libros para que nadie intentara romper un récord tan oneroso para la ecología y para el servicio postal.

Veinte años después, la carta de Shergold y múltiples variantes siguen propagándose por el mundo, pero ahora en formato electrónico. Fundaciones caritativas como la "Make-a-wish" de Estados Unidos, que cumple deseos para niños enfermos, han tenido que emitir comunicados o dedicar secciones de sus sitios web a dejar claro que no participan en ese tipo de cartas cadena.

La excepción, aunque no es propiamente una carta cadena, es la campaña "I'm" (Yo soy) de Microsoft. Por cada mensaje enviado por las personas afiliadas al programa, la compañía aumenta sus contribuciones a la caridad de la elección del usuario. Entre las opciones disponibles está la Cruz Roja, la Sociedad Protectora de Animales...

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