¿Más inglesa que española?

AutorJessica Meza

Aunque las bebidas con vino no son muy tradicionales en México como en otros países, sobre todo en España, no las descartes porque son sencillas de preparar y pueden ser un gran descubrimiento para tus invitados a esas tardeadas en casa.

Las mezclas de vinos, licores de frutas, refrescos y frutas naturales en trozos suelen ser más de países europeos, en donde nacieron y se acostumbran para refrescarse en un día de calor o para tomar en lugar de una cerveza.

Opciones hay muchas: sangrías, calimochos, clericot o curacao en versiones "en las rocas" o como granizados.

La chef Laura Leal, directora de Gourmandes Instituto Culinario, explica que las bebidas ibéricas, como la sangría y el calimocho, son básicas en las mesas de la Madre Patria.

"La primera es usada como agua de uso, especialmente si el día es caluroso; la segunda nació inspirada en el café cortado, e incluso en algunos países recibe el nombre de 'vino cortado' por cortar el caldo con refresco de cola".

La sangría se considera española, pero en 1788 el padre Esteban Torres afirmó en su Diccionario del Castellano que era una bebida inventada por los ingleses, la cual se tomaba mucho en las colonias inglesas y francesas de América.

Esta mezcla de vino con limonada y licor tiene un sinfín de variantes, dependiendo del país y la persona que la prepare. Por ejemplo, la versión mexicana lleva una mayor variedad de frutas.

El clericot surgió como un coctel con mezclas de frutas para que el imperio romano celebrara su fin de año. En éste juntaron los vinos procedentes de sus países dominados, con las frutas, ingredientes que siempre veneraron.

El calimocho es una preparación que en los años 70 se conocía como "Cuba libre del pobre" en algunos lugares de España.

El término calimocho se atribuye al grupo Antzarrak, que inventó esta popular bebida en el País Vasco cuando en una fiesta notaron que el vino que tenían no era bueno, pero antes de tirarlo decidieron mezclaron con refresco. Hasta la fecha es un hit.

Por su parte, el curazao se ganó adeptos por ser una bebida que pinta otras preparaciones. Su color azul siempre llama la atención y suele añadirle sabor hasta a una simple limonada.

La chef señala que aunque estas bebidas son muy sencillas, deben seguirse ciertas reglas.

"Si una bebida se va a frappear, el vino se puede licuar con el hielo, siempre que no sea un espumoso, pues perdería la efervescencia. En este caso se hace el frappé con el resto de los ingredientes, y ya que está...

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