¡El que sigue!

AutorGabriel Garza

Sus amigas le decían que canta y baila igualito a Shakira. Aquel día, Perla, regiomontana de 16 años de edad, dijo a sus padres que iría como de costumbre a la preparatoria, sin embargo, sus amigas le hicieron cambiar los planes para ir en busca de la oportunidad que podría cambiar sus vidas.

No importa el calor, tampoco la fila de dos cuadras repleta de jovencitas que no paran de vocalizar con temas de Lucero y el dueto Sin Bandera, su sueño es ser artista y su objetivo es ser la elegida en el casting de Popstars en Monterrey.

Por su cabeza no pasaba otra cosa que convertirse en una estrella, a lo mucho como Britney Spears o Jennifer Lopez, ya siendo muy realistas, llegar al nivel de Paulina Rubio; salir del anonimato, llegar a los eventos en una camioneta del año, rodeada de guardaespaldas y a su alrededor montones de niñas, como ella, gritando enloquecidas su nombre.

En lo que va del año, algunas ciudades de México, como Monterrey, Guadalajara y Distrito Federal, se han convertido en atractivos semilleros de talento para productores de los tan de moda reality shows o promotores de grupos musicales.

Proyectos como Big Brother, Operación Triunfo, Popstars, La Academia o Televisa Niños, entre otros, visitaron desde hace unos meses la Ciudad en busca de talento y los resultados en general fueron favorables.

Y hoy audicionarán chavitos para ser los nuevos de MDO.

El casting, que en el ambiente artístico se entiende como una audición para conformar el elenco o reparto de un proyecto, es una manera sencilla, eficiente y de bajo costo para conseguir las piezas claves de los lucrativos rompecabezas que necesitan los productores.

Los minutos en la fila para entrar al casting de Popstars en Monterrey se hacían eternos, sin embargo, los papás, muchas veces cómplices del sueño de sus hijos, sacrifican hasta su empleo o días de descanso en busca de lograr la hazaña de sus retoños.

"Mi hija se ha preparado desde niña, ella tiene experiencia en esto, ha andado en dos grupos musicales en Saltillo", dijo Gabriel Hernández, padre de Lizbeth, de 20 años; ambos viajaron 45 minutos hasta Monterrey, durmieron en un hotel de la Ciudad y él se ausentó a trabajar.

Sergio Bocanegra, padre de Marlene, de 16 años de edad, de Saltillo, indicó que si su hija se siente realizada haciendo lo que le gusta, él la apoyará cueste lo que cueste.

Bastaba caminar cerca de los aspirantes para conocer las historias que se dirigen hacia un mismo objetivo: fama, fortuna y...

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