¡Qué paquetón!

AutorReynaldo Márquez

Ser hijo de un jugador del futbol profesional seguramente representa un problema en muchos casos para los herederos.

Lidiar con la carga del apellido a cuestas, cuando apenas se empieza, debe ser abrumador y puede serlo más cuando pasa el tiempo y el muchacho no pinta del mismo color que el padre.

Entonces, lo que parecía un plus a favor, puede convertirse en una pesada carga que soportan durante su carrera profesional. Pero si eso le pasa al hijo de un futbolista normal... ¿qué puede sucederles a los hijos de grandes estrellas como Hugo Sánchez, Pelé, Cruyff o Maradona?

Si el padre era un crack, nada puede garantizar que el hijo lo sea.

De los hijos de estos superestrellas, se espera todavía que surja alguien que rompa la regla, pero sería casi imposible que suceda.

¿Lograrán Hugo Sánchez Portugal y Diego Armando Maradona Sinagra superar lo realizado por sus respectivos padres? Por el bien del futbol... ojalá suceda.

Esperamos a verlo.

Con información de Fernando Vanegas y Alejandra Benítez

CON EL SELLO PUMA...

No tendría por qué sentirse mal... si para miles de futbolistas en México podrá resultar algo casi imposible de, ya no digamos superar, sino siquiera igualar o acercarse a las hazañas de Hugo Sánchez, su hijo no está obligado a hacerlo. Si no lo logra, se entenderá, su padre fue un fuera de serie, un crack.

Mientras, Hugo Sánchez Portugal estudia Administración de Empresas en la UNAM; tiene 18 años, vive solo en un departamento contiguo al edificio, hacia el sur de la Ciudad de México, donde vive su papá con su esposa. Hugo no podría traer más sangre futbolera en las venas. Su mamá Emma Portugal es hija de Alfonso “El Pescado” Portugal, uno de los descubridores y de los primeros entrenadores de Hugo padre, a nivel de selecciones juveniles.

Hugo Jr. ya estuvo en fuerzas inferiores de Atlante y Puebla, pero regresó a Pumas, ahora juega en el equipo de Segunda División y ya participó en un torneo internacional en Viareggio, Italia.

Juega como delantero y aunque no tiene las cualidades extraordinarias de su papá, trabaja duro para convertirse en un jugador “normal”. No le molestan las comparaciones, pero admite que es pesado traer a cuestas el apellido Sánchez porque ineludiblemente la gente espera que despunte a las alturas que alcanzó su progenitor.

Entrena por las mañanas en el equipo de Segunda, pero algunas veces acude al entrenamiento del primer equipo y al final se queda trabajando con su papá en cuestiones técnicas.

PESA SER UN...

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