Una visita al reino de las formas

AutorMónica Delgado

Corresponsal

PARÍS.- Localizado en la calle de Assas, frente al Jardín del Luxemburgo, a unas cuantas cuadras del bullicioso Montparnasse, centro de la élite artística de los años 20 y 30, el Museo Ossip Zadkine luce como nuevo, a pesar de que tiene ya 30 años funcionando: es que después de un año cerrado, reabrió sus puertas totalmente remozado.

Celebrar su 30 aniversario fue la razón del cambio: mejorar la organización de los espacios, que permiten valorar la obra del escultor, y contar con una mejor zona de recibimiento al público, en particular para los visitantes minusválidos. Así, la que fuera casa de Ossip Zadkine es hoy un verdadero remanso de paz en pleno Centro de París.

Artista de notable éxito que ejerció gran influencia sobre los jóvenes escultores hasta su muerte, en 1967, el artista se ha mantenido en el panorama parisino a través de este lugar, que desde 1982 es parte de los museos municipales de la capital francesa.

Al entrar al museo, se entiende la razón por la que el escultor vivió aquí cerca de 40 años. Situada en la parte trasera de un edificio, al fondo de un patio, la casa parece ideada para un virtuoso.

De muros blancos y grandes ventanales, goza de una espléndida luminosidad. En el fondo de un pequeño y arbolado jardín, se encuentra un taller de altos techos y ventanales donde Zadkine creó la mayor parte de su obra.

Contrariamente a lo que acostumbran los museos instalados en las casas de artistas, aquí no se conservaron objetos personales de Zadkine, cumpliendo así el deseo del escultor de instalar un espacio dedicado a su obra y un escenario experimental para la creación contemporánea.

Representante del cubismo en escultura, conocido por el contenido poético de sus obras, Zadkine fue parte del grupo que animó la vida artística de Montparnasse en los años 20 y 30 entre los que se contaban nombres como Picasso, Chagall, Modigliani, Duchamp, Arthur Miller o Diego Rivera.

Valentine Prax, viuda de Zadkine y pintora, y quien vivió en el lugar hasta su muerte en 1981, llevó a la casa-taller 300 esculturas y 360 dibujos del artista, así como su propia obra, pero también un fondo financiero que, según las cláusulas testamentarias, debía servir para organizar exposiciones y enriquecer la colección.

Con este último objetivo se ha buscado adquirir obras de los primeros años de creación de Zadkine que corresponden a su llegada a París, entre 1910 y 1920...

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