Visión Mundial / EU y los retos de la victoria

AutorGabriel Guerra Castellanos

Lo inmediato tiene que ver primero con la estabilización y después con la reconstrucción de Iraq. Ningún proyecto de ampliación de la esfera de influencia estadounidense puede pasar por alto la urgente necesidad de restablecer el orden en el país ocupado, de definir un plan tanto para su reestructuración política como para su reactivación económica.

Y no hay mucho tiempo. Además de los riesgos naturales de cualquier ocupación, que se puede empantanar en el control de los saqueos y la criminalidad común, los estadounidenses enfrentan ya el incipiente rechazo de la población iraquí.

Mucho de esto tiene que ver con el resentimiento acumulado por más de una década de sanciones económicas que Saddam Hussein aprovechó propagandísticamente, pero también está claro que el bombardeo reciente, el desorden y los actos vandálicos resultado de la guerra han irritado severamente a la población.

El saqueo del Museo Nacional de Bagdad es altamente simbólico no solo por la impunidad con la que actuaron los vándalos y los profesionales del robo de piezas arqueológicas, sino también por la absoluta inacción del Ejercito estadounidense, que ni tomó medidas preventivas ni reaccionó oportunamente ante algo que estaba más que anunciado y que era previsible para cualquiera que se hubiera ocupado del tema.

Aquí en Berlín, desde donde escribo este artículo, hay sobradas pruebas: el Museo de Pergamon, que paradójicamente alberga también importantes tesoros de Babilonia, fue rápidamente rodeado y asegurado por las tropas soviéticas a la caída de Berlín, para evitar saqueos y daños mayores. Las tropas estadounidenses y británicas que conquistaban el Occidente alemán hicieron lo propio en otras plazas. Y vaya que si esa guerra fue mucho más cruenta y complicada.

Pero hablábamos de los retos de la ocupación y de los resentimientos de los iraquíes. Las fuerzas de ocupación tienen a su favor el alivio de la población por el rápido fin de la guerra, la caída de la dictadura y la esperanza de un futuro mejor. Pero ése es un bono que poco durará, a menos de que se sientan pronto efectos benéficos de la ocupación.

Las primeras señales son preocupantes, aunque tampoco deben sorprender ni necesariamente llamar a alarma. Los saqueadores se volvieron los primeros aliados de las tropas triunfantes, y a ellos siguieron los viejos cuadros...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR