Tras estudios, llega portero

AutorDulce Moncada

Acompañado de su madre Guadalupe Gómez y su novia Gabriela Jáuregui, el arquero rayado Mauricio Aguirre arribó anoche a Monterrey, después de estar una semana en Houston, en donde se le practicaron algunos exámenes que le detectaron una enfermedad de gravedad en la piel.

Con un cabestrillo en su brazo izquierdo, gorra, jeans deslavados, suéter gris y tenis, el joven de 23 años volvió a la Ciudad para comenzar el tratamiento del cáncer que padece y que lo alejará un tiempo indeterminado de las canchas de futbol.

Una sonrisa se dibujaba en su rostro, que al transcurrir los minutos se desdibujó. El arquero saludó, salió de la terminal aérea y se dirigió a su camioneta para retirarse en compañía de sus familiares, sin dar declaraciones.

"Hablará el lunes en conferencia de prensa con todos, viene cansado y sin ánimos de hablar", dijo su novia.

El futbolista se reunirá en El Barrial la próxima semana con el plantel, que arribará el domingo después del partido ante el Atlas de Guadalajara, y ofrecerá una conferencia a los medios de comunicación para explicar junto a directivos y cuerpo médico su estado de salud.

OLVIDAN 'DIFERENCIAS'

Los colores y la rivalidad deportiva quedaron a un lado.

Los jugadores de Tigres, Carlos Ochoa, Lucas Lobos y Cirilo Saucedo, olvidaron sus colores y brindaron su apoyo a Mauricio Aguirre.

"Es un chavo que conozco, me tocó...

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