Tiempo de Negocios / Empiezan forcejeos por control de la CFC

AutorDarío Celis Estrada

A medida que se acerca el fin de mes sigue creciendo la expectación con respecto al relevo de Fernando Sánchez Ugarte en la presidencia de la Comisión Federal de Competencia.

Aquí le hemos mencionado en varias ocasiones a Rodrigo Morales, cercano colaborador de Eduardo Sojo. El funcionario se ha autodescartado más de una vez.

Otro que en su momento le referimos y que puede que dé la sorpresa es Fausto Alzati. El ex director de Aseguradora Hidalgo también ha sido considerado. Al igual que Morales, trabaja con Sojo.

El cambio en la CFC ha llamado poderosamente la atención de propios y extraños. Y es que se trata de una posición ambicionada por no pocas instancias y personajes. Imagínese la influencia de controlar una Comisión de ese tipo.

Tan es así que ya existe una iniciativa de los Senadores, panistas por cierto, para desvirtuar el real espíritu de ese organismo. La promovieron Jorge Zermeño y César Jáuregui. Se presentó el 7 de julio pasado.

Los legisladores no se anduvieron por las ramas y plantearon una nueva Ley, la Federal para la Competencia Económica y la Competitividad, que vendría a sustituir la Federal de Competencia Económica.

Las huestes del propio Sánchez Ugarte ya se dieron a la tarea de efectuar un acucioso análisis comparativo, cuyos principales aspectos conviene destacar, por la importancia que conlleva.

El proyecto de ley utiliza definiciones que desconocen las resoluciones de la SCJN, en el sentido de que las leyes no son diccionarios y contravienen conceptos ampliamente conocidos en el contexto económico.

Estas definiciones desvirtúan el objetivo de la prohibición de monopolios y prácticas monopólicas establecida en el artículo 28 de la Constitución y resultan insuficientes e inadecuadas para atender el objeto del mismo proyecto de ley.

Por ejemplo, la definición de monopolio se desliga del concepto de mercado relevante y de la capacidad de un agente para impedir la competencia efectiva y afectar de manera unilateral las condiciones de mercado.

El uso incorrecto de este término va más allá, pues de acuerdo con la definición que propone el proyecto de ley, el monopolio es una barrera a la entrada, por lo que resulta imposible el análisis del artículo 6 de ese mismo proyecto.

La definición de competitividad se confunde con la de competencia económica, a pesar de que es de conocimiento común que la competitividad requiere no sólo de competencia económica, sino también de otras condiciones económicas favorables al...

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