Del suspenso al júbilo

AutorCésar Cepeda

Corría el minuto 9 de la parte complementaria, y el bar Mezquite registraba un lleno masivo. Los cientos de clientes contemplaban, aferrados a su cerveza o tequilita, el partido de vuelta de la Semifinal entre Tigres y Toluca en siete monitores de televisión, incluyendo una pantalla gigante, instalados alrededor del establecimiento.

El propietario del local se encontraba de pie en la puerta de acceso. Se puso ahí para impedir que ingresaran más personas.

Minutos antes de que comenzara el duelo el lugar estaba abarrotado.

Era cierto. No cabía un alfiler ya en el bar.

"Pásala, pásala", le ordenó al jugador felino que despojó a un jugador de Toluca del esférico.

Sus ojos estaban clavados en el monitor, al igual que el resto de los clientes.

"Vámonos, vámonos", le aconsejó a Saavedra.

Cuando el balón le cayó a los pies de Kléber, él vaticinó el gol un instante antes que todos. "Ese es gol", dijo.

El estalló en alegría y júbilo, junto con el resto de los clientes.

"¡¡¡Gooooooooooool!!!".

El propietario del bar no dejó de presumir sus dotes de vidente.

"Les dije que era gol", repetía una y otra vez.

Kléber, el mismo jugador que hace apenas 193 días había sido crucificado por los hinchas felinos, cuando falló aquel penalty en el juego de la Semifinal contra Monterrey, ahora era convertido en el héroe de la noche en el Estado Universitario y en el resto de hogares y bares donde se siguió el partido por televisión.

La atmósfera y el ambiente que se registraron anoche en los bares...

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