Sergio Sarmiento / Santana en el Ángel

AutorSergio Sarmiento

"La rueda más estropeada del carro es la que hace más ruido".

Esopo

CUERNAVACA.- Aclaro de antemano mi interés. Soy un damnificado del concierto de Santana.

Cada vez que un Gobierno decide hacer un concierto o una fiesta en pleno Paseo de la Reforma se vuelve no sólo difícil llegar a casa sino que además hay que aguantar un aumento del ambulantaje y un ruido ensordecedor.

La tortura empieza con pruebas de sonido a todo volumen a las cinco de la mañana y no termina hasta tarde en la noche. Los vecinos no tenemos más defensa que escapar.

Tener 120 decibeles de ruido en casa o en una habitación de hotel no es una simple molestia. Si quiere usted decirle algo a la persona a su lado tiene que gritar. A veces ni siquiera esto es suficiente para que la voz se escuche por encima del ruido.

Cuando el Gobierno hace una fiesta en vía pública no puede usted escuchar música en su propia casa o ver televisión o leer. Dormir, por supuesto, es imposible. Ni los mejores tapones de oídos evitan la agresión.

Las autoridades del Distrito Federal saben que no es correcto ni sano permitir este nivel de ruido en la vía pública. Lo paradójico es que el propio Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, impulsó una norma ambiental a través de la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal que publicó el 29 de diciembre del 2014 y la cual establece un límite máximo de ruido en vía pública de 65 decibeles de las 6 a las 20 horas y de 62 decibeles de las 20 a las 6.

Quizá este límite se respete en la calle en la que vive el Jefe de Gobierno o en la de la secretaria del Ambiente, Tanya Müller, pero le puedo asegurar que el propio Gobierno lo rebasa en sus conciertos y fiestas en el Paseo de la Reforma.

El Gobierno capitalino no sólo viola su propia norma ambiental sino también las disposiciones que prohíben el uso de la vía pública para fiestas o espectáculos.

Si usted o yo tomamos el Paseo de la Reforma u otra calle para realizar una fiesta privada o una tocada, seremos remitidos a la delegación. El Gobierno, sin embargo, tiene al parecer el derecho de violar cualquier norma.

El Gobierno capitalino está recurriendo al viejo esquema de dar circo a la multitud. Los regímenes populistas lo han hecho desde cuando menos los tiempos de Julio César.

Pero además las autoridades del Distrito Federal mantienen el...

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