Sergio Sarmiento / Rito perdido

AutorSergio Sarmiento

"Toda reflexión sobre la historia contemporánea termina en una interrogación".

Octavio Paz

Durante décadas muchos criticamos el rito del Informe presidencial. Pero hoy que ha sido eliminado es imposible no darse cuenta de que hemos perdido también elementos muy valiosos de un régimen republicano.

México no es el único país del mundo con un Informe de Gobierno. Virtualmente todos los países democráticos cuentan con una ceremonia formal en la que el Jefe del Ejecutivo rinde un Informe al Legislativo, que representa al pueblo, sobre el estado de la nación. Las diferencias legítimas de los partidos políticos se hacen a un lado para participar en una ceremonia que es muestra de unidad.

En México, el rito del Informe rebasó durante mucho tiempo sus orígenes republicanos. Dejó de ser una ceremonia que daba inicio al periodo ordinario de sesiones del Congreso con un Informe que el Jefe del Ejecutivo rendía a los legisladores, supervisores finales de la gestión gubernamental, y se convirtió durante los tiempos de la "Presidencia imperial" en un acto para que los distintos poderes y fuerzas políticas del País le rindieran pleitesía al Mandatario.

Las escuelas y el Gobierno suspendían actividades para que estudiantes y maestros pudieran "escuchar al Presidente". Los medios de comunicación se enlazaban desde temprano para explicarnos qué habían desayunado los hijos de la pareja presidencial y para acompañar al Mandatario en su trayecto hasta el Congreso. Los discursos, que en tiempos de Luis Echeverría y José López Portillo se prolongaban más de cuatro horas, eran puntuados por aplausos constantes e incondicionales. El ritual terminaba con el "besamanos", un interminable desfile de invitados que estrechaban la mano al Presidente y le expresaban su lealtad.

El rito empezó a deteriorarse en el sexenio de Miguel de la Madrid, quien en su último Informe, en 1988, sufrió las primeras interpelaciones, que pronunció el entonces Senador de oposición Porfirio Muñoz Ledo. Con el tiempo el acto de pleitesía al Presidente se convirtió en una lluvia de cuestionamientos, insultos, mantas de protesta y malas maneras. En el 2006 ya no se le permitió al Presidente Vicente Fox entrar al Palacio Legislativo y en...

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