Sergio Sarmiento / Cambio de trenes

AutorSergio Sarmiento

"Las reglas no son necesariamente sagradas; los principios lo son".

Franklin D. Roosevelt

Muchas cosas preocupan de la nueva Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario. La principal es que se trata de un cambio retroactivo de reglas. Los ferrocarriles fueron privatizados en 1998 con licitaciones basadas en ciertas reglas. Hoy las autoridades buscan cambiarlas en detrimento de los concesionarios.

El que los Diputados digan que el cambio se debe a que los concesionarios no construyeron nuevas vías revela su ignorancia. Los concesionarios no tienen facultades ni para expropiar tierras ni para construir nuevas vías. Esto le toca a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Los Diputados, sin embargo, no castigan a la institución que ha fallado sino a las empresas que le creyeron al Gobierno federal cuando prometió que aplicaría ciertas reglas durante el tiempo de la concesión.

Las reglas establecían una concesión de 50 años, 30 de los cuales se ejercerían en exclusividad. Abrían además la posibilidad de renovar la concesión por otros 50 años. La nueva Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario, aprobada por los Diputados el pasado 4 de febrero en un voto ordenado desde Los Pinos, viola la palabra del Gobierno y obliga a las empresas a aceptar trenes de otras empresas en sus vías. Establece también otros cambios que afectan su operación y rentabilidad.

¿Ayudará esto a aumentar la productividad y a bajar los precios? Difícilmente. Muchas de las vías ya están saturadas. Obligar a los concesionarios a aceptar trenes de otras empresas, que cuando menos en un principio tendrán un menor número de vagones, hará más lenta la circulación y reducirá la capacidad total de carga.

¿Han fallado las empresas ferroviarias en sus compromisos de inversión? No, los han rebasado. El consorcio Ferromex-Ferrosur afirma haber invertido 4 mil 811 millones de dólares en infraestructura entre 1998 y 2013, mucho más de los mil 292 millones comprometidos en la concesión. Esto ha permitido un crecimiento de 23.6 por ciento en la flota y 55.7 por ciento en la capacidad.

Se argumenta que los precios del transporte ferroviario han aumentado; pero el precio por tonelada/kilómetro, la medición usual de la industria, lo ha hecho menos que la inflación y mucho menos que el incremento...

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