Sergio Elías Gutiérrez/ Reformar a los ayuntamientos

AutorSergio Elías Gutiérrez

Fue concebido como la forma para que una sociedad buscara su bienestar inmediato. El vocablo proviene del latín; adiungere, ayuntar, acción de unir o juntar a dos o más individuos para formar un grupo. El ayuntamiento era pues la casa en la que se reunía ese grupo.

Al volverse sedentario el hombre adquirió derechos y deberes. Para exigir uno y cumplir los otros, las comunidades tuvieron necesidad de crear un órgano que administrara las cosas comunes.

Hernán Cortés creó el primer municipio de la América Española. Su origen es, por lo tanto, poco romántico, ya que al conquistador le hacía falta un título legal para emprender la conquista del amplio territorio que tenía ante sí.

Pero aunque sus conocimientos jurídicos eran rudimentarios, fueron suficientes para idear la creación del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Vera Cruz, del cual él mismo se hizo nombrar Alcalde mayor, título con el que inició la conquista de lo que sería la Nueva España.

Desde entonces, la institución evolucionó en una gran medida. En la época colonial no tuvo apogeo, y sólo en los centros de explotación minera y de comercio se les dio importancia para asegurar la dominación colonial. En el resto del país, en cambio, las comunidades preservaron sus ancestrales formas de organización.

Con la independencia, los ayuntamientos fueron las instancias que sustituyeron a las autoridades coloniales y se convirtieron en la primera y más efectiva forma de gobierno autónomo. Durante buena parte del siglo XIX México vivió una gran confederación de municipalidades, y las dificultades para consolidar instituciones republicanas se suplieron con una intensa vida municipal.

Sólo el Porfiriato, con la creación de las Jefaturas Políticas, logró doblegar a los municipios que se resistían a la dictadura. Después Madero y Carranza impulsaron la autonomía municipal como una forma de resistencia contra la dictadura.

En épocas recientes, los municipios y ayuntamientos que los gobiernan perdieron la nobleza de sus fines originales. Desde su instauración en la Constitución en 1917, hasta bien entrado el siglo XX, su importancia política era casi nula.

Con las reformas constitucionales de 1983, sin embargo, sus funciones y recursos crecieron desmesuradamente y, con ello, su papel en la política nacional. Hoy, la excesiva politización municipal los convierte en presas de una lucha política sin cuartel.

En poco más de 200 ciudades del país se concentra un enorme porcentaje de la población nacional...

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