Sergio Muñoz Bata / De Kadhafi para Bush en esta Navidad

AutorSergio Muñoz Bata

Los resplandores del bombardeo al palacio de Saddam Hussein en Bagdad del 20 de marzo llegaron a Trípoli y Moammar Kadhafi sintió un calambre en la espina dorsal. Recordó, quizá, aquella noche fatídica de abril en 1986, en la que Ronald Reagan le hizo sentir la fragilidad de su existencia. De inmediato, Kadhafi vio la luz en el camino que conducía no a Damasco sino a Washington D.C. e hizo contacto con Downing Street, en el corazón político de Londres.

El mensaje del otrora carismático líder del mundo árabe fue simple: admitía poseer un amplio arsenal de armas de destrucción masiva, prometía destruirlo y someterse además a un riguroso proceso de verificación a cargo de inspectores internacionales.

Ese día, en la Casa Blanca, George W. Bush sonrió satisfecho. Y no era para menos. Con la claudicación de Kadhafi, en tan sólo una semana Bush recibía su tercer regalo de Navidad. El primero llegó a mediados de diciembre cuando desvirtuando su imagen de macho bragado, Hussein salió de su escondrijo con las manos en alto y, sin disparar un solo tiro, se rindió; la segunda llegó el jueves 18 de diciembre cuando Irán firmó un acuerdo con Naciones Unidas que garantiza el acceso total a sus instalaciones nucleares.

Que la esplendidez de Santa Clos hacia George W. Bush se manifieste en la víspera de un año electoral, no hace sino confirmar que las aspiraciones de los demócratas a la silla presidencial son cada día son más remotas.

Hay quienes dicen que, en rigor, Kadhafi lleva más de una década intentando reconciliarse con las potencias occidentales. Señalan, por ejemplo, que desde 1997, Kadhafi ha intentado reconstruir las relaciones comerciales y políticas de Libia con Europa. También apuntan que después de los ataques del 11 de septiembre, Libia fue uno de los primeros países árabes que apoyó la invasión estadounidense a Afganistán, inclusive ayudando a Washington con servicios de inteligencia. Luego vino la negociación por el atentado de Lockerbie en la que Kadhafi aceptó su responsabilidad y autorizó el pago de casi 3 mil millones de dólares a los familiares de las víctimas.

Todo esto es cierto, pero para...

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