Rosaura Barahona / ¿Serán excesos?

AutorRosaura Barahona

Ojalá y este año, estimado lector, sea mejor que el anterior para usted y para todos o, por lo menos, que no sea peor.

Una disculpa por no haber escrito el martes, pero mis planes cambiaron y me tardé un poco más de lo planeado en volver.

Sé que hay muchas cosas importantes a nivel mundial, nacional, estatal y local, pero hoy tocaré un tema más frívolo, aunque no menos importante.

Confieso que hasta hace unos días no tenía idea de quién era Niurka. En la tele veo noticias, películas o documentales, pero no telenovelas, de manera que desconozco a quienes las protagonizan.

Los rostros que aparecen en una revista de espectáculos, nacional o internacional, son desconocidos para mí. Claro, eso cambia si me dan una con actores del siglo pasado, de preferencia, anteriores a la década del 90. De modo que desconocía a Niurka, pero sus declaraciones sobre su ahora ex esposo me resultaron inquietantes.

Ya he dicho que me parece excesivo el espacio que los medios dedican a la vida de quienes andan en el espectáculo. Eludo el término artistas con toda intención porque, en lo personal, creo que muy pocos lo son. Abundan los cantantes que no cantan; los actores y actrices que no actúan; las bellezas de silicón y los directores que desconocen las normas básicas de dirección, de manera que están ahí por contactos u otro tipo de manejos, pero no por talento.

¿Que siempre ha sido así? Tal vez, pero antes, me parece, no se le daba tanta atención a cuestiones tan inútiles. El asunto (no sólo el tema de Niurka en particular) es más profundo de lo que parece a primera vista.

Aceptemos que cada oficio tiene sus normas y que los simples mortales vemos con admiración a quienes aparecen en las pantallas. Los percibimos como seres especiales, aunque no lo sean.

El famoso "star system" que les armaba la vida a los actores resultó tan cuestionado que terminó por desaparecer. Hoy muchos actores andan en pants por la calle y salen sin maquillaje cuando pasean con sus hijos.

En ese sentido, creo que Cary Grant fue quien mejor ilustró lo anterior. La galanura y la gracia de Grant conquistaban al público con facilidad. Una vez le preguntaron en una entrevista: "¿Se siente muy orgulloso de que todo el mundo quiera ser Cary Grant?". Y el actor respondió: "Lo entiendo muy bien porque yo también quiero ser Cary Grant".

El nombre verdadero de Cary Grant era Archibald Leach y su vida fuera de la pantalla estaba tan llena de dudas, problemas y conflictos como la de cualquier...

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