Rosaura Barahona / Moches azules

AutorRosaura Barahona

Cuando a los empresarios nacionales les picó el gusanito de la política provocaron, sin querer, muchos problemas.

Ajenos a la complejidad del manejo de un País, supusieron, con ingenuidad, que aplicar las normas empresariales a México daría excelentes resultados. Y no fue así.

Propusieron subir el sueldo a los Senadores, Diputados federales y locales, Magistrados y toda una lista de funcionarios importantes, para que estuvieran satisfechos con su ingreso y no robaran.

Entonces dije que quien llevara la intención de aprovecharse de su puesto robaría, sin importar su altísimo sueldo y que los verdaderos servidores públicos no buscan enriquecerse, sino servir a su comunidad.

Se aumentaron los sueldos de manera ignominiosa (el salario mínimo no fue tocado ni con el pétalo de una rosa) y, desde entonces, la mayoría de nuestros políticos de alto nivel viven y roban como magos.

Ya ve usted, ahora dan 5 mil pesos mensuales para gasolina a los paupérrimos Senadores. Ojalá y pronto haya una propuesta para asignarles, también, una partida para su nieve de limón.

El pago de la gasolina para estos sacrificados e incansables servidores públicos debe justificarse porque ya ve usted que está carísima... pero usted y yo pagamos la nuestra y nadie nos da un quinto para compensarlo; a ellos, sin embargo, les pagan su gasolina con nuestro dinero. Claro y justo, como siempre.

Cuando Fox, en quien yo jamás creí, llegó al poder, los mexicanos aplaudieron el arribo de la honestidad que acabaría con la impunidad y la corrupción porque ya nadie robaría ni un quinto... además de que se arreglaría Chiapas en 15 minutos.

Pronto las pruebas de la ineptitud del Presidente empezaron a dañar al País. Y la corrupción y la impunidad siguieron en su apogeo, ahora encubiertas o motivadas por panistas o por políticos de otros partidos que idearon formas azules de transar.

Los peces gordos que Fox juró atrapar siguieron sueltos y los ladrones del IPAB tampoco fueron denunciados. En poco tiempo, las transas de los hijos de su señora se evidenciaron, pero ahí sí aplicaron las lecciones aprendidas al tricolor y aquí no ha pasado nada, así que chitón perrito matón.

Muchos mexicanos panistas de corazón justificaban ese muladar porque, según ellos, eran unos cuantos y ni de...

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