Rosaura Barahona / ¿Y la conciencia social?

AutorRosaura Barahona

Los programas de estudio universitarios buscan, además de preparar a los estudiantes en el área de la especialidad seleccionada, formarlos en cuestiones tan difíciles como una visión crítica, una conducta ética y una conciencia con responsabilidad social.

Monterrey tiene miles de egresados universitarios, en teoría, formados así, pero las casitas de interés social, la Torre Tanarah, la construcción de multifamiliares por todos lados, la opacidad en las cuentas públicas y la contaminación visual nos muestran que tras cada una de esas cosas no hubo ni visión crítica ni conducta ética ni conciencia social.

Para quienes buscamos una sociedad más justa, la meta es ambiciosa. Nunca se alcanzará del todo, pero el cambio se debe intentar; eso exige revisar críticamente el mundo actual y planear estrategias de acción para mejorarlo. Y esas estrategias deben reexaminarse con una visión crítica y basarse en la ética y en la conciencia social.

El explicable, pero desmedido, acelerado e incontrolable, proceso de industrialización, más la explosión poblacional, ha exigido una cantidad de recursos difícil de imaginar hace un par de siglos.

La demanda de energía, educación, medicina, habitación y alimentación, entre otros, ha convertido esos recursos en artículos de lujo alcanzables sólo para una minoría mundial. Los pobres los ven de lejos y suspiran por ellos, pero nada más.

Si estudiamos las causas de esto, descubrimos que muchas de las decisiones que nos han traído hasta donde estamos fueron tomadas bajo criterios exclusivamente económicos.

"Conciencia" significa "con conocimiento". Y conciencia social es "un acto psíquico que permite a una persona percibirse a sí misma en el mundo. La conciencia es el conocimiento reflexivo de las cosas".

Si los arquitectos, ingenieros, publicistas, políticos y funcionarios públicos tuvieran conciencia social, no tomarían ninguna decisión sin antes sopesar, objetivamente, de qué manera esa decisión favorecerá o perjudicará el desarrollo de la zona y de las personas.

Por desgracia el dinero, omnívoro, manda. Si me aseguran que voy a ganar mucha lana, hago lo necesario para lograrlo.

Por ejemplo: pavimento las vías rápidas y las calles con algo que dé el gatazo y dure lo suficiente para...

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