Rogelio Ríos/ Rumbo al futuro

AutorRogelio Ríos

¿Cómo será el nuevo diplomático de la era de la información? ¿Podremos adaptarnos a los requerimientos de una nueva forma de hacer política: la ciberpolítica? ¿Resistirán las nociones tradicionales de nacionalismo y patriotismo el embate del Internet y su comunidad de navegantes ajena a las lealtades nacionales? ¿Cuál es la tendencia social del Internet: la integración o la segregación?

Muchas interrogantes más se han planteado en las mesas de trabajo y conferencias magistrales del XIV Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), que hoy concluye sus labores en la sede del Campus Monterrey del ITESM. Felicidades a Eduardo Roldán, presidente de la asociación, y a Zidane Zeraoui, vicepresidente y director de la carrera de relaciones internacionales en el Tecnológico, por promover en Monterrey la discusión de estos temas.

No sólo me llamó la atención la asistencia y participación de alumnos y ex alumnos (algunos de ellos pidieron permisos en sus trabajos para asistir), sino la variedad de los ponentes provenientes de la empresa, el gobierno y los medios de comunicación, además de los académicos que tradicionalmente participan en estos eventos.

No ha sido ello una limitante para el debate abierto y crítico, por el contrario, lo ha estimulado al crear un ambiente adecuado para hablar sin cortapisas.

Entre pasillos, los comentarios de los académicos fueron favorables a este tipo de participación abierta en los congresos; de esa manera, se cumple mejor el objetivo de un impacto social más extenso que persigue la AMEI.

El tema general del evento se ha centrado en lo que nos depara el futuro en los múltiples aspectos de las relaciones internacionales. Lo que imaginábamos en nuestra niñez como ciencia ficción es una realidad: la comunicación instantánea abarca todo el planeta.

Desde años atrás, analistas de política internacional como Marcel Merle habían previsto que el avance de las tecnologías de la información iba a revolucionar la manera en que concebimos el mundo: de una visión centrada en las interacciones políticas dominadas por los estados hacia una verdadera sociología de las relaciones internacionales, en la cual los estados son uno más entre muchos actores.

Ese panorama soñado años atrás nos ha alcanzado pescándonos desprevenidos. Su velocidad es apabullante. Nos deja sin aliento por su ebullición constante en oposición a nuestras lentas capacidades de respuesta.

Quienes nacimos antes del Internet lo...

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