Roberto Gómez Junco / Educar y corregir

AutorRoberto Gómez Junco

Cuando todavía se festeja la obtención del título de campeón en la Copa Oro, pero sobre todo el futbol que fue desplegado para obtenerlo, surge otro escándalo tricolor en donde menos podía esperarse que surgiera.

Ocho seleccionados de la Sub 22 confunden el hotel de concentración con un lugar turístico cualquiera, se comportan como si estuvieran en una pachanga entre cuates y no preparándose para representar al futbol mexicano en la Copa América, y deciden redondear la fiesta con la correspondiente compañía femenina en horas supuestamente destinadas al descanso.

Solapados quién sabe por quiénes y controlados por ninguno, a estos futbolistas se les hace fácil brincarse las reglas, y son castigados en consecuencia.

Castigo ineludible que de inmediato se aplica, porque no hay forma de defender lo indefendible ni debe ser solapada la indisciplina; bien castigados, siempre y cuando haya constancia de que todos ellos son culpables de eso que se les imputa.

Para nada es un asunto moral, ni meterse o no con la vida privada de los futbolistas. Cada mayor de edad puede acostarse con quien quiera. El problema es cuándo y en dónde.

Si eres seleccionado nacional, estás a punto de participar en el torneo más importante en lo que va de...

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