Ricardo Torres Martínez / La crisis de la fiesta: Alternativas de solución III

AutorRicardo Torres Martínez

Habiendo expuesto ya como alternativas de solución, para la reivindicación de la fiesta brava la imprescindible forma de actuación del ganadero, la autoridad y los toreros, así como las características auténticas del toro, hoy haremos referencia a otros dos factores (elementos profesionales) de ella.

Las empresas. Mismas que habida cuenta de la concepción "de que la fiesta es un negocio" manipulan a su antojo la organización de los festejos olvidando los intereses del público y la proyección digna, reglamentada, auténtica y veraz de una fiesta que, por ser parte de nuestras tradiciones y costumbres nacionales, nos pertenece a todos.

Y es que, bajo el criterio de que "no hay toreros que interesen y metan gente a las plazas", de que los impuestos son muy altos, que cuesta un dineral tan sólo el hecho de abrir una plaza; amén de que no hay subsidio alguno, ni apoyo de las autoridades, les resulta altamente riesgoso organizar festejos sujetos al mal tiempo, lluvia, frío, etc.; independientemente de que la gente prefiere el futbol o el rodeo por sobre las corridas de toros.

Nos recetan por todo ello ayunos muy prolongados o sólo dan festejos "feriales" donde actúan los toreros que forman parte de la empresa, los que pagan su cuerno o ayudan a la organización vendiendo boletos, olvidándose de que es la constancia y la promoción adecuada la que puede hacer surgir un día una nueva afición que revitalice a la alicaída fiesta brava mexicana.

Surgen así a ciencia y paciencia de los grupos monopolíticos empresariales taurinos las empresitas "gaviotas" que, viciadas de origen y con mercadotecnia errónea, anuncia toros a sabiendas de que no lo son, seleccionan mal las fechas de sus festejos, actúan como apoderados de algún torero y se la juegan casi siempre para perder dinero o salir "tablas" a lo sumo, pero degradando o haciendo carecer de seriedad un espectáculo digno por naturaleza.

Agregue usted a ello que todas las empresas coadyuvan, salvo raras excepciones, las más de las veces con el capricho de toreros que imponen ganado y alternantes, dan...

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