Rica herencia

AutorEsmeralda Martínez

Además de las montañas que lo distinguen de otros lugares, Nuevo León también es famoso por sus comidas y postres, como son las famosas glorias o las bolitas de leche revolcadas en azúcar que han traspasado generaciones y que hoy siguen fascinando con su sabor.

Esta dulce costumbre es producto de la ganadería existente en la región, que fue motivo de la conquista de las villas antiguas en la época de la Colonia por parte de los españoles.

"Esto empezó con el ganado menor, las cabras, cuando Antonio Leal trae 30 mil a Cadereyta a principios del Siglo 18. Esa es la primera noticia que se tiene de la traída de estos animales", explica Leticia Montemayor, cronista de Higueras.

Obviamente, los dulces fueron elaborados a base de leche de cabra, pero debido a la extinción de este ganado, con los años se optó por la de vaca.

El sabor de las dos leches es diferente, pues la de cabra tiene un aroma más fuerte y es más cremosa, en cambio, la de vaca es menos fuerte cuando está recién ordeñada, comenta.

"Ahora mucha gente prepara el dulce con la leche comercial, pero el sabor es otro, además de que el dulce queda más transparente y menos cremoso".

Pero la costumbre de quemar leche, indica, probablemente venga del Viejo Continente.

"Si buscamos un poco, la oblea tipo sandwich con cajeta en el interior es un dulce español, por lo que probablemente de ahí se deriven los dulces de leche que hay en México, porque el relleno es leche quemada".

En México, esta leche se hace en la región norte, además de las famosas cajetas de Celaya. La diferencia es que en esta ciudad a la leche quemada la llaman cajeta y es menos condensada que la de Nuevo León.

En el Estado, los dulces e preparan de manera muy similar en todas las regiones, pero con diferente nombre.

"En el caso de Higueras, a la leche quemada se le conoce como leche recocida y se le llama así porque se recuece seis horas en un cazo con una cuchara o pala de madera, hasta que agarra el punto de cajeta".

A este mismo dulce, en Zuazua se le conoce como leche quemada; lo curioso es que además del cambio de nombre y de que se trata de dos municipios separados a escasos 15 kilómetros uno del otro, el dulce se prepara igual, pero sabe diferente.

Las bolitas de azúcar, que al morderlas desprenden ese sabor típico de la región, no son más que el mismo dulce de leche de cabra hecho bolita originario de Marín.

De Cerralvo, General Treviño y Parás es el dulce de frijol, que es la leche quemada mezclada con frijol...

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