Ramón de la Peña / No basta decir '¡basta!'

AutorRamón de la Peña

Sin duda para mí, estimado ingeniero, la inseguridad ha ido creciendo de una manera un tanto incontrolable en nuestra comunidad, me dijo Katchumo, mi asesor de Santa Catarina, con una cara llena de tristeza.

En nuestro Nuevo León es como un cáncer sin control, cuya fuerza impulsora inicial fue el gran consumo de estupefacientes en el mundo, el gran margen de utilidad que tenía y tiene su venta, y la corrupción entre los responsables de evitar su producción y venta.

A esta fuerza impulsora inicial se añaden ahora la guerra entre los diferentes cárteles de la droga y la incursión del Ejército en contra de ellos; la gran fuente de recursos humanos para el crimen organizado y no organizado que representan los miles de muchachos y muchachas que ni estudian ni trabajan ni quieren hacerlo; el gran desempleo; la falta de oportunidades de tener un empleo digno y, sobre todo, bien remunerado; y las grandes diferencias entre los que más tienen y pueden con los que menos saben, tienen o pueden.

Katchumo terminó su comentario preguntándome: ¿Cree usted que organizando marchas y diciéndole a las autoridades "¡ya basta!" es suficiente para forzarlas y motivarlas a actuar más eficazmente en el trabajo que deberían estar haciendo para eliminar la inseguridad que tanto nos ha lastimado? ¿Qué más podríamos hacer los ciudadanos y qué más deberían estar haciendo los responsables de solucionar este gran problema?

Yo vería tres caminos, le comenté a Katchumo.

El primero es multiplicar, a través de organizaciones civiles, sociales, empresariales y religiosas, el número de mensajes de "¡Ya basta!" y de "cumplan" con su responsabilidad con entrega y compromiso, para hacer válido el mensaje que cada autoridad nos dice cuando toman posesión de su puesto.

Por ejemplo, el Artículo 87 de la Constitución dice que el Presidente, al tomar posesión de su cargo, dirá lo siguiente: "Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande".

Así que demandemos...

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