'Ya se puso muy feo'

EL NORTE / Staff

Sobre el cofre de la patrulla con el número 125 sólo queda el kepis (gorro) de uno de los seis agentes de Tránsito levantados por hombres armados que viajaban en un convoy de 10 camionetas con la letra zeta pintada en las ventanillas.

El tradicional bullicio de los niños saliendo de la Primaria Ignacio Morones Prieto y el ir y venir de los vehículos por la transitada calle Hidalgo se han ido del centro histórico de Linares, convertido esta tarde en algo parecido a un pueblo fantasma.

Los negocios en las viejas casonas están cerrados. Ni los curiosos que usualmente se amontonan detrás de las cintas amarillas que delimitan las escenas del crimen han salido después de una mañana marcada por el ronco tableteo de las ametralladoras y el agudo rechinido de las llantas.

Por las calles de un solo sentido todavía puede verse alguna camioneta de lujo circulando a baja velocidad con las luces encendidas. Los vidrios polarizados no dejarán ver quiénes viajan en su interior, pero esa sensación de ser observado invadirá a quien se tope con ellas.

Edelmiro, un hombre de edad, estaba trabajando cuando el convoy de camionetas, por cuyas ventanillas asomaban los cañones de fusiles de asalto, se detuvo frente a él y descendieron cuatro hombres. Uno de ellos gritó: "ése es".

"Estaba un muchacho, como que le iba a poner aire a las llantas de la bici, y lo subieron, se lo llevaron", comenta el hombre con los ojos todavía agrandados del susto.

"Traían armas bien grandes. Más para abajo, se llevaron a un tránsito, dicen en las noticias que ya van seis".

Al final del día, este civil nunca aparecerá en el recuento oficial de desaparecidos, pero su bicicleta roja con llantas de cara blanca tirada sobre la calle Tamaulipas dará cuenta del secuestro.

La de ayer fue una irrupción anunciada para muchos de los 78 mil habitantes de esta Ciudad, uno de los principales polos de desarrollo de Nuevo León, situado a 120 kilómetros de Monterrey y a sólo 35 kilómetros de la frontera con Tamaulipas.

Desde hace poco más de una semana, una serie de hechos violentos empezó a marcar el rumbo de este otrora pacífico pueblo, cuya joven mano de obra calificada le valió ser elegido por transnacionales, como la cadena de cereales Kellogg, para abrir plantas de producción.

Hace varios días, un hombre resultó muerto en un tiroteo que terminó con el levantón de una familia en el súper La Misión, propiedad del ex Alcalde y ex Secretario General de Gobierno Jorge Cantú...

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