Purificación Carpinteyro / No están solos

AutorPurificación Carpinteyro

Imaginémonos en una balsa corriendo río abajo, sin timón y sin control. La velocidad y el declive permitiéndonos adivinar la proximidad de aguas rápidas que nos estrellarán contra prominentes rocas y nos arrastrarán a una caída catastrófica. Figurémonos que en esa balsa unos gritan a la derecha, otros a la izquierda y otros simplemente miramos sin saber hacia dónde remar.

Aquí estamos, en este País agobiado por la incertidumbre, el temor y el fatalismo de una mayoría que considera que todo está perdido. Vamos río abajo y todavía hay quienes siguen tratando de sacar provecho o convencernos de que vamos cambiando, inconscientes o incrédulos del destino que nos aguarda si no nos unimos.

Para bien o mal en este barco estamos juntos, y el bien de México será el bien de todos, tanto como lo será el mal.

La fuerza de la corriente de la pobreza, la inseguridad, la violencia y la corrupción, nos arrastran hacia un futuro poco esperanzador -del que apenas hemos visto el comienzo. La ambición de poder y dinero de unos cuantos sólo provoca confrontación, cuando debería ser evidente incluso para esos pocos, que para revertir la tendencia que nos lleva al precipicio es imprescindible contar con la voluntad y el esfuerzo de todos.

Pero mientras la mayoría descansa, una ridícula minoría trabaja por sacar ventaja, o recuperar sus prebendas.

Así, el miércoles 14 de septiembre pasado, el Tribunal Electoral del Poder Judicial aprovechó los días de asueto de las fiestas patrias para dar a conocer su decisión de revocar el Reglamento de Radio y Televisión que el IFE aprobó el 27 de junio pasado.

Ese reglamento contemplaba dos modificaciones: la primera, que agilizaba y hacía más eficaces los cambios de pautas de propaganda electoral que los partidos realizan mediante spots; pero más importante aún, reconocía a las radios comunitarias, cuya labor social e informativa es esencial para el desarrollo de innumerables poblaciones del País, pero que desde siempre han resultado tan incómodas para la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión, y principalmente para las televisoras.

Una vez más, la CIRT, apoyada por el PRI y la telebancada refugiada en el Verde Ecologista, hizo gala de su poder y de un manotazo "convenció" a los magistrados del Trife, más atemorizados por los posibles ataques de los que podrían ser objeto por parte de las televisoras que por su necesidad de "pantalla".

Y ante lo que debería ser un escándalo repudiado por la sociedad, el silencio de...

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