Puede hoy sonreír y hasta reflexionar

A pesar de que su origen se apoya en un hecho sangriento, el Día de los Inocentes se ha transformado en un festín de bromas y burlas.

Desde la persona que coloca un pegote en la espalda de otra sin que ésta se dé cuenta, hasta los falsos avisos por teléfono, son algunas de las bromas que se gestan en este día.

A estas inocentadas se les une la casi prohibición de prestar dinero, joyas o cualquier objeto valioso porque jamás será devuelto, a menos que se quiera escuchar "inocente palomita, que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se debe prestar".

Gilda Galán, propietaria de la tienda de disfraces y artículos de bromas La Mansión del Terror, señala que si los mexicanos celebran a los inocentes es porque aquí existe una cultura del relajo bien enraizada.

"Los mexicanos somos muy dados a eso, a burlarnos hasta de la muerte", dice.

Sus clientes adquieren todo tipo de artículos para hacerles bromas a los demás, desde el encendedor que da toques hasta el pañal sucio.

Para el historiador Carlos González, la broma de antes era diferente a la de hoy.

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