Protocolo médico brinda esperanza contra el dolor

AutorMaría Luisa Medellín

Jessica Stevens, una joven que vive en Naples, Florida, tenía cinco años confinada a una cama, en un cuarto oscuro. No podía moverse, todo le provocaba dolor; no soportaba la ropa ni el roce de las sábanas, tampoco la luz ni el sonido.

Llevaba tres años siendo alimentada por vía venosa porque no toleraba los alimentos.

Sentía que su cuerpo entero estaba en llamas, como si la hubieran rociado con gasolina y luego encendido un cerillo.

Aunque parezca increíble, el origen de este infierno fue una infección provocada por la mordedura de una garrapata, que la llevó al borde de la muerte.

Su familia recorrió los mejores centros médicos de Estados Unidos, sin éxito. Los especialistas nunca habían visto algo así, no sabían qué hacer, hasta que un doctor de la Universidad de Columbia acertó a identificar el mal: distrofia simpática refleja, y canalizó a Jessica a Monterrey, la única ciudad en el mundo donde un equipo multidisciplinario trabaja con un protocolo de investigación al respecto.

Fernando Cantú Flores, anestesiólogo con entrenamiento en la Universidad de Texas, en San Antonio, donde también realizó la especialidad en medicina del dolor, y especialista en anestesiología pediátrica, en Forth Worth, Texas, es quien lidera el estudio "Inducción al Coma con Ketamina" desde hace cinco años, y recuerda que la joven llegó aquí en una ambulancia aérea en agosto del 2009.

Ella había presentado la enfermedad de Lyme, por la mordedura de garrapata, y el protocolo va dirigido a la distrofia simpática refleja o síndrome complejo regional doloroso, que abarca situaciones donde hay un dolor insoportable que va más allá del traumatismo sufrido y el tiempo esperado de recuperación.

Puede tratarse de la picadura de un animal, la aplicación de una venoclisis, un esguince de tobillo o la fractura en una muñeca.

"Se caracteriza por un dolor tipo neuropático", cuenta en su consultorio del Centro Médico Zambrano Hellion, desde el que se aprecia el imponente Cerro de la Silla y luminosas postales urbanas al caer la tarde.

"Hay una sensación de ardor, de quemazón, de agujas que se clavan, de choques eléctricos, y hay cambios notorios en la extremidad afectada, como edema o inflamación importante, cambio de coloración, de temperatura, sudoración o poca sudoración en comparación con la otra extremidad".

El mínimo roce de la ropa, las sábanas, el aire, causan un dolor importante y muchos pacientes se vuelven hipersensibles a la luz y al sonido. Usan lentes oscuros o...

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