Los pros y contras de los antiácidos

AutorMaría Fernanda Torres

¿Eres de los que cada vez que vas a darte un gusto con platillos grasosos, condimentados o picantes, te tomas un antiácido para no experimentar malestares después del banquete? Entonces es importante que te informes.

Tal vez te has acostumbrado a sentir ardor en la parte alta del estómago y experimentar sensaciones incómodas al terminar de comer, pero no es normal que estos síntomas sean constantes.

"El gran problema en México es la cultura de la automedicación", señala el gastroenterólogo Carlos Alejandro Cortez Hernández.

"Cuando las personas tienen pirosis (agruras o acidez) se acostumbran a tomar antiácidos para sentirse bien, sin darse cuenta que con el tiempo dejan de darle importancia a las molestias y empiezan a verlas como parte normal de su vida".

Entonces el verdadero problema puede avanzar.

"No significa que a largo plazo estos medicamentos causan enfermedades, sino que su uso indiscriminado puede retrasar el diagnóstico de un problema más complejo como un cáncer de estómago, de esófago o de páncreas", advierte el también hepatólogo.

Si con frecuencia te sientes mal después de comer ciertos alimentos y si aún después de tomar un antiácido los síntomas no mejoran o se siguen presentando, es mejor que acudas al médico porque puede tratarse de algo más serio.

"Es importante que las personas identifiquen datos de alarma como pérdida de peso, vómito o evacuaciones con sangre o dificultad para pasar los alimentos", indica Cortez Hernández.

"Cualquiera de estos escenarios debe obligar a los pacientes a buscar ayuda médica para identificar el problema, en lugar de abusar de los antiácidos".

Alivio eficaz

Los medicamentos utilizados para aliviar la acidez estomacal y el reflujo ácido se dividen en tres grupos: antiácidos, bloqueadores H2 e inhibidores de la bomba de protones.

"Los antiácidos neutralizan el efecto del ácido en el estómago y proporcionan un alivio rápido a corto plazo", explica el hepatólogo Carlos Alejandro Cortez Hernández.

Entre los más conocidos destaca el bicarbonato de sodio, así como el hidróxido de magnesio y de aluminio, que suelen combinarse con otras sustancias.

"Los bloqueadores H2 disminuyen la cantidad de ácido que produce el estómago y alivian los síntomas durante un periodo más prolongado que los antiácidos", comenta el gastroenterólogo, mientras enumera la ranitidina, famotidina y cimetidina en este grupo.

Por su lado, los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol, lansoprazol, pantoprazol...

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