De Política y Cosas Peores / El sermón

AutorCatón

Allá por los años cincuentas del siglo pasado, un inmigrante italiano llegó a vivir en Nueva York. Su hijo, que ya se había establecido en la ciudad, lo llevó al Yankee Stadium a presenciar un juego de beisbol. Jamás en su vida había visto el italiano uno. Yogi Berra conectó un hit. "-¡Corre, Yogi, corre!" -gritó entusiasmado el señor. Después llegó a batear Joe DiMaggio, y recibió base por bolas. Trotando con lentitud se dirigió a la primera base. "-¡Corre, Joe, corre!" -empezó a gritar ansiosamente el italiano. "-No debe correr, papá -lo corrige su hijo-. Tiene cuatro bolas". "-Ah, vaya -responde el señor-. Entonces que camine con orgullo"... Acompañada por su marido, llegó doña Jodoncia al consultorio del sacamuelas del pueblo. Le dice con voz firme: "-Necesito una extracción dental, pero traigo mucha prisa. Proceda a sacar el diente lo más rápidamente posible, sin anestesia ni nada". "-Caramba, señora -se admira el individuo-. Qué valor tan grande el suyo. ¿Cuál es el diente que debo sacar?". Doña Jodoncia se vuelve hacia su esposo y le dice: "-Martiriano, enséñale el diente que te duele"... El padre Arsilio les anunció a sus feligreses al principar la misa: "-Hijos míos, hoy traigo preparados tres sermones: uno de 5 mil pesos, uno de 2 mil y otro de mil. El de mil pesos dura una hora; el de 2 mil dura tres cuartos de hora, y el de 5 mil pesos dura solamente tres minutos. Una vez que se haya hecho la colecta sabremos cuál de los tres sermones voy a usar"... Muy enojada, le dice la muchacha a su insistente galán, quien le pedía algo que ella no estaba dispuesta a dar: "-Por última vez, Pertinacio: ¡no!". Pregunta el cínico sujeto: "-Eso de 'por última vez, no' significa que mañana será sí?"... Astatrasio Garrajarra fue a una fiesta. Empinó el codo más de la cuenta, como siempre, y empezó a verlo todo doble. En ese momento, la señora de la casa trajo a los gemelitos que recientemente había dado a luz, pues quería mostrarlos a los invitados. El borrachín ve a la madre con los dos niños en los brazos, y tratando de ocultar su beodez dice fingiendo admiración: "-¡Qué niño tan bonito!". Le dice la señora: "-Son...

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