DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Amor y guerra

AutorCatón

Don Añilio, provecto caballero, le comentó tristemente a un amigo: "-Mi mujer dice que en todos nuestros años de matrimonio sólo estuve interesado en una cosa. ¡Y ya no puedo recordar cuál era!"... Babalucas asistió al lanzamiento de un cohete en la NASA. Por el altavoz se escuchó la cuenta regresiva: "-Diez, nueve, ocho, siete, seis...". Babalucas le dice en voz baja a su vecino: "-¿No que son tan inteligentes? Ese indejo está contando al revés"... Don Vetulio y doña Talonia formaban una pareja sumamente colorida: él era un rabo verde, y ella parecía de la zona roja... Don Martiriano, esposo de doña Jodoncia, le contó a un amigo: "-Mi señora fue a jugar boliche con unas amigas. Jamás había agarrado una bola, y en su primer tiro tumbó 10 pinos". "-¿Hizo chuza?" -se asombró el otro. "-No precisamente -aclaró don Martiriano-. Ocho de los pinos eran de la mesa vecina, y los otros dos de la siguiente"... Pedancio, el cochero del pueblo, tenía a honra ser el hombre más borracho de toda la región. Como el buen Padre Arsilio, párroco del templo del lugar, le había dicho que el vino era su mayor enemigo, quería acabar con él. Cierta noche se quedó dormido en el pescante de su coche de caballos después de una de sus cotidianas borracheras. Cuando despertó a la mañana siguiente se vio con las riendas en la mano, pero sin caballos. Se frotó los legañosos ojos, y llamó a un muchachillo que andaba por ahí. Le dijo: "-Ve a mi casa y pregunta si estoy ahí". El chamaco, que ya lo conocía, dijo para sí: "-Don Pedancio trae su acostumbrada pítima". Y así diciendo hizo como que iba a cumplir el encargo, pero se fue a jugar a otra parte. Mientras esperaba, el cochero, todavía bien borracho, razonaba en su interior: "-Si ese tal Pedancio está en su casa, entonces ya soy dueño de este carro. Pero si no está, entonces Pedancio soy yo, y ya me robaron los caballos"... Después de examinar al agotado señor le dijo el médico: "-Sufre usted, don Languidio, agotamiento general. Necesita renunciar a la mitad de su actividad sexual". La esposa del amarrido señor estaba ahí, y le preguntó al facultativo: "-¿A cuál mitad debe renunciar, doctor? ¿A la...

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