Plaza Pública / Pareja abusiva

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El consejo nacional perredista bendijo anteayer la solución dinástica en Tlaxcala. Casi al cabo de una sucesión de errores, ha salido avante la decisión abusiva de la pareja tlaxcalteca de gobernar por lo menos 12 años en nombre de un partido al que usan, no al que pertenecen. Ya antes, el avance de la ambición personal de los Sánchez Ramírez había reavivado la aspiración de la esposa del presidente de la República de intentar sustituirlo, momento en que se dio el lujo de amadrinar otra pretensión semejante, la de la señora del gobernador de Nayarit. Esa aberrante alteración del espíritu republicano fue confirmada por el órgano nacional del PRD.

Ni siquiera se ha llegado al final de la cadena de abusos y errores en este caso. En una reacción pueril, semejante a la de quien inocuamente muestra la lengua en actitud insultante, el PRD demandó al gobernador Alfonso Sánchez Anaya que renuncie a su cargo en un plazo perentorio. De lo contrario, se hará acreedor a un procedimiento que conduciría a su expulsión. Ya antes el PRD había implorado a Sánchez Anaya dar ese paso, y el gobernador rehusó, con el argumento de que renunciar significaría ceder el poder antes de tiempo. Tras la serie de victorias jurídicas y políticas de su esposa, ¿qué persuadiría al gobernador de irse ahora y no el 14 de enero, cuando concluye su mandato? Cuando solicitó una licencia por 90 días y le fue negada, ¿acaso dimitió para corroborar su voluntad de no gobernar mientras se realiza la campaña electoral? ¿Acaso pidió licencia durante la ventilación interna en el PRD de la ambición familiar de continuar en el cargo? ¿Y no su permanencia en la gubernatura fue un factor determinante de la victoria de su esposa en los comicios internos? ¿No lo fue la doble campaña permanente que, con ese propósito, realizó la senadora María del Carmen Ramírez García durante los años anteriores, como legisladora (de primera minoría) y como esposa del gobernador y presidenta del DIF estatal?

Sería sorprendente que el gobernador Sánchez Anaya renuncie a su cargo. Sólo posible si esa decisión fue negociada con él por las corrientes perredistas que rechazaron en el consejo nacional el acuerdo del comité de romper la alianza con Convergencia, último intento por frenar a la pareja. Carlos Navarrete, secretario general del partido y operador del acuerdo entre Nueva Izquierda, factor dominante en el PRD y el gobernador, aseguró rotundamente que en la toma de posesión de Ramírez García no estaría...

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