Pisando el Área / Excusas listas

AutorReynaldo Márquez

"Primero muertos, que vernos mal"... decía un jugador que hace mucho años estuvo en Tigres. El hablaba de que en la cancha tienes que guardar la compostura porque miles de ojos te están viendo siempre. Lo que haces y dejas de hacer es visto por miles de personas.

Y tal pareciera que no siempre y no todos los protagonistas del futbol están conscientes de ello. Principalmente los futbolistas, pero también los entrenadores, directivos y árbitros.

Hace dos semanas los Tigres hicieron un papelón para dar pena, para avergonzar a su afición y a los que vivimos en Monterrey, seamos o no aficionados al futbol. Con aquel gol de Silvera, la raza felina se daba por bien servida. Habían hecho el esfuerzo, pero simplemente el rival había sido superior en toda la línea. Ya el circo adicional de los futbolistas, del técnico y directivos, sobre todo del segundo, culpando al arbitraje sin hacer un examen autocrítico para admitir que él perdió los dos partidos ante la estrategia que le puso enfrente el profesor Vucetich, fue lamentable.

Es una pena porque a Tigres lo respalda un gran emporio como es Cemex, además de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y es inexplicable aún en este momento, que algunos que se comportaron como pandilleros irresponsables sigan vistiendo el uniforme amarillo y portando en el pecho el nombre del patrocinador. En un club serio, respetable, no estarían más.

Sería mucho pedir actuar con clase a quien no la tiene. Ni los altos mandos habrían permitido que el presidente del equipo desviara los reflectores de un fracaso hacia el arbitraje, como también lo hizo el técnico, responsabilizando al del silbato, cuando las fallas evidentes de su estrategia fueron superadas por el entrenador y el equipo rival... ¿a quién quisieron engañar con esas luces de bengala tiradas al cielo, hijas de la desesperación, al final de aquella, para ellos, noche triste?

Deje usted la noche ésa... al día siguiente, debieron ofrecer una disculpa a su afición por esa noche loca, ya no digamos al club campeón, del cual ni siquiera el sonido local dio cuenta. "Como no fuimos campeones nosotros, se acabó la fiesta. Vámonos." Y si tuvieron que tirar a la basura las camisetas y gorras con la leyenda "Tigres campeón", de eso no tenía la culpa el Pachuca. Se vieron muy mal y ese sabor de boca amargo quedará por mucho tiempo...

Las suspensiones para los rijosos abrió al puerta para que algunos muchachos puedan ver acción. De otra forma no tendría manera, así que ni se...

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