Perfiles e Historias/ Jesús de Monterrey

AutorMarcela García Machuca

Cualquier día de éstos la temperatura llega a los 40 grados. Cómo no iban a linchar a este pobre hombre. Parecían fieras. Dicen que lo querían mucho, pero un clima como éste vuelve loco al más agradecido.

Y hoy totalmente nublado. Así de voluble es Monterrey.

Magdalena le ha llorado dos días enteros.

De su grupito, ni sus luces, siempre fueron bastante testarudos, más que ayudarlo le dieron problemas. Cómo querían que sus simpatizantes lo defendieran, si éstos que se decían sus discípulos no fueron capaces de decir "esta boca es mía".

La madre -¡pobre!- callada, callada, sólo ha sido consolada por la bailarina de table ésta, Magdalena.

Jesús era hijo de José, el jardinero. Estudió en una universidad de paga, fue becado, completito, pero no era agrónomo ni veterinario como todos creen.

Jesús era biólogo.

Pero el muchacho, más que un ingeniero, parecía profeta, sabía de artes, economía, psicología y política. Dicen que en su camionetita, que era más bien su casa, le encontraron más libros de ciencias que de plantas ("Breve Historia del Tiempo, Del Big Bang a los Hoyos Negros", Stephen Hawking. "La Estatua Interna", Francois Jacobs).

Entonces, ¿era jardinero o era ingeniero?

Ingeniero en cosas que tienen que ver con las células y las sustancias, por eso lograba hacer crecer pasto en las zonas más áridas del Estado, por eso conseguía jardines tan verdes en la Ciudad. Pero como de oficio familiar era jardinero, con su educación le ayudó a su padre en el negocio.

¿Su mamá?, no, su mamá era una santa, pero ella nunca trabajó fuera de la casa; el negocio de los jardines, mal que bien, les daba para comer y para que Jesusito estudiara y comprara muchos libros.

El caso es que sabía de más cosas. Unos decían que estaba loco, que cómo podía hablar de la mente y del universo como si fuera Dios.

¿Pues no dicen que sí era el hijo de Dios?

Pero, ¿aquí en Monterrey?

¿A poco Nazaret no era insignificante?

Pues sí, dicen que desde niño hablaba como sabio con los más picudos de la política y con los más religiosos. Los mismos para los que su papá trabajó en San Pedro y el Centro.

Hace 2000 años las sociedades eran sumamente religiosas, la solución a los problemas del hombre estaba en su relación con Dios, reflexiona desde su pulcro piso de investigación bioquímica, en la Facultad de Medicina, el genetista Hugo Barrera.

Hoy hay dos factores muy diferentes a entonces, compara, las dolencias del mundo son mucho más complejas y las ciencias explican y solucionan lo que la religión planteaba.

Cumplir la tarea del Mesías hoy: cambiar el corazón del hombre y hacerlo mejor habitante del mundo supondría conocimientos, medios y estrategias muy diferentes a los de hace 2000 años. Su lenguaje tendría que ser capaz de profundizar en el pensamiento y el comportamiento humano, en las tendencias económicas, en el universo y en las leyes de la naturaleza, opina Barrera.

Si apareciera Cristo hoy, definitivamente, sería un hombre instruido, coincide con él Pedro Gómez Danés, un sacerdote con finta de anarquista que atiende la iglesia de...

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