Paz Flores / Desde las montañas del sur

AutorPaz Flores

¿Había oído del lenguaje silbado? En "El país de las nubes" suceden cosas asombrosas. En tierras altas y lejanas de Oaxaca, hay un grupo de hombres viviendo en las cordilleras más empinadas que han desarrollado un lenguaje de silbidos. Ahí, el español es algo exótico y el zapoteco es sólo una segunda lengua.

Viajeros de lo desconocido han constatado que sólo en cuatro lugares del mundo se comunican así: en Kusk"y, Turquía, en Aas en los Montes Pirineos, en la Isla Gomera, una de las Canarias y en la Sierra Mazateca de Oaxaca.

El denominador común de esos cuatro lugares en el mundo es que son cordilleras abruptas, laderas escarpadas, cañones profundos, una topografía accidentada (en toda la extensión de la palabra "accidente") y cultivos en laderas que son casi una pared. El lenguaje silbado es una curiosa adaptación por necesidad de que alguien los escuche cuando están en lo profundo del cañón, lo escarpado de la montaña o el precipicio de las cuevas.

Para sobrevivir ahí se tiene que ser hombre araña, mujer araña, niño araña, porque las casas parecen tejidos que cuelgan de laderas y colinas altas. Es difícil llegar a Yoloxochitlán. Y llegar ahí es constatar que hay otros mundos dentro de este mundo.

Increíble es cómo el humano adapta su lenguaje, su cuerpo, su mente y su espíritu a las más diversas condiciones geográficas. En muchos sentidos, cada uno de nosotros es el resultado de una adaptación a un medio específico.

Hay muchos lugares del México oculto que guardan secretos maravillosos. Jaina, por ejemplo, es una isla intermitente porque desaparece y aparece cuando hay luna llena, la marea baja y casi puedes llegar caminando. El camino de arena parece translúcido, espectral. La isla completa es un panteón maya, está virgen y oculta gracias a los dioses. Ahí, un fenómeno se hace presente: el rayo verde, que aparece entre la selva y te deja atónita.

Algunos de estos lugares están en peligro, otros permanecerán siempre ocultos. Siempre habrá un Shangri-La oculto aunque se lo tenga que tragar la tierra, y sólo el viajero respetuoso podrá llegar a él.

Uno de los últimas reservas de selva en México es la de Montes Azules en Chiapas y está en peligro. El paraíso y el infierno en un mismo sitio.

Legalmente, ese territorio les pertenece a los lacandones, pero hay grupos de otras etnias que tomaron un trozo de esa tierra para sobrevivir.

Parte del territorio es reserva, otra son ejidos, otra es de los lacandones. Hay intereses poderosos, no sólo...

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