Paz Flores / Santiago vía Monterrey

AutorPaz Flores

Es una reverenda tontería eso de que nuestros cinco sentidos captan la realidad. Para ser más exactos, nuestros cinco sentidos apenas captan un 5 por ciento de lo que está ahí afuera. Nuestra vista sólo capta un 10 por ciento o menos de lo mucho que se puede captar.

No vemos toda la gama de rayos ultravioleta, el infrarrojo, los rayos X, los rayos Gamma y mil cosas más. Somos casi sordos y nuestro sentido del olfato es de los más torpes. No sólo nuestros sentidos son limitados, además carecemos de otros sentidos básicos para captar un poco más la realidad.

Gran parte de las estupideces que comete el humano se la debemos a la excesiva confianza en estos cinco sentidos. Fue precisamente cuando comenzamos a desconfiar de ellos que el conocimiento avanzó. Gracias a esa desconfianza sabemos cosas tan básicas como que la tierra es redonda y se mueve.

A falta de sentidos, usemos nuestra imaginación. Imagina que te pones unos lentes virtuales. Lo que verás será más fidedigno que lo que te transmiten tus sentidos.

Como tus lentes tienen capacidad telescópica, te pueden desplazar a las alturas para observar que el territorio donde vives es como un cuerpo vivo, palpitante.

Puedes ver un aura energético que se acentúa en las zonas montañosas. Las montañas estás rodeadas de una energía visible multicolor que tiene conexiones hacia la profundidad de la tierra, y a su vez una fuerte conexión con el cielo atmosférico. Esas conexiones son las venas de la tierra que se expanden hacia los valles.

Monterrey está en la cabeza del hormiguero urbano, pero la cabeza no puede vivir si el corazón no le bombea sangre. Las zonas montañosas son como un corazón que tienen la capacidad de absorber energía del cielo. Los bosques altos atraen la lluvia, la guardan en sus entrañas y la transportan lejos, son un centro energético. Son como gigantescas antenas que mantienen vivo lo que está a su alrededor y aún más lejos.

Por primera vez puedes sentir, ver, tocar la manera en que fluye la energía que te mantiene vivo, la manera en que se conectan todos los flujos energéticos de tu cuerpo con la energía de la tierra, el cielo y la montaña, y cómo de esto depende tu salud mental y física.

Hoy sientes ansiedad o sientes que no controlas tu cuerpo, y de pronto descubres que es porque la urbe ha roto las conexiones y te asfixia.

Unos de los corazones más grandes que mantienen viva está ciudad es Santiago. El oxígeno que fluye por el Cañón de La Huasteca hacia nosotros es el que...

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