Un paseo histórico

AutorFélix Barrón

Si la Alameda hablara contaría que fue escenario para un mitin de Francisco I. Madero, que fue el paseo predilecto de las damas de sociedad a principios del siglo 20, que el entonces Gobernador Bernardo Reyes se paseaba a caballo entre sus arboledas y que ahí se presentaron los primeros automóviles en la Ciudad.

En 150 años, ¿cuántos momentos no están grabados en ese paseo?

El 29 de junio de 1861, el Gobernador Santiago Vidaurri ordenó el trazo de la Alameda de Monterrey, como un modelo similar a la del DF.

De su esplendor, con fuentes majestuosas, kiosco y verdes paisajes, queda sólo el recuerdo, pero un proyecto del Municipio de Monterrey, si bien quizá no le devuelva su antiguo abolengo, sí busca renovarla.

EL PASEO POR EXCELENCIA

Originalmente el parque tenía una extensión de 16 manzanas, el doble de sus ocho manzanas que mide actualmente. Incluso contaba con calles internas que la dividían.

Había un kiosco, fuentes rodeadas por animales y muchos árboles. Era el lugar de paseo predilecto para los regios de finales del siglo 19 y mediados del siglo 20.

Carlos González, cronista e investigador, señala que la riqueza histórica del espacio es invaluable.

"La trascendencia principal es que era un paseo. En sus orígenes lógicamente estaba arbolada, tenía sus bancas, ahí se acostumbraban los mítines políticos, había festivales y grandes kermeses", explica González.

"Estuvo también el Café Centro Alameda, centro de reunión política y social para las damas regiomontanas de la época", dice.

En 1886, por instrucciones de Bernardo Reyes, se redujo el parque a la mitad (su espacio actual) para construir la Penitenciaría y vender los demás terrenos a particulares, donde se levantaron grandes mansiones. Ese mismo año se le cambió el nombre por Alameda Porfirio Díaz. En 1912 adquirió su nombre actual, Mariano Escobedo.

Ahí hubo hasta juegos mecánicos y un zoológico, atracciones que todavía recuerdan muchas familias, pero nunca dejó de ser el centro social por excelencia, comenta González, principalmente para buscar novio.

"¡Cuántos noviazgos no nacieron ahí! Porque era a donde más iban y con sus mejores galas. Había refresquerías, neverías y restaurantes", dice el historiador.

EL ESTIGMA ACTUAL

Los domingos en la Alameda hay mucho movimiento.

Grupos de amigos y amigas, principalmente migrantes, le dan la vuelta varias veces; parejas de enamorados se observan en los jardines; hay un mercado donde se vende desde ropa hasta chucherías; comedores con...

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