Pásele a mi Cocina / Tiempo de magia

AutorPaty Bichara

¡Hola! De verdad me da mucho gusto saludarlos; espero que se encuentren todos muy bien. Les mando una porra y mi sincero agradecimiento a los lectores de esta columna, en la que trato de platicar, como lo hago en mi cocina, con quienes me visitan mientras preparo la comida del día o espero que salga del horno un pastel.

Ya mero termina el año y conviene hacernos el propósito expreso de disfrutar los preparativos de la época navideña, aunque impliquen trabajo extra, en especial para las señoras amas de casa, pero que en realidad nos brindan la oportunidad de convivir, compartir y apreciar todo lo bueno que la vida nos ha dado, empezando con que ya casi "la hicimos" un año más de vida.

La Navidad tiene magia que te toca, te transforma y te enternece, aunque traten de asomarse sentimientos negativos, de amargura o desánimo. Ver a un niño pequeño contemplando los foquitos de colores o un aparador con motivos de la temporada, escuchar villancicos, oler el aroma del pino navideño o el de algún guiso o pastel en el horno, todo ello se conjunta y provoca que la memoria viaje a nuestra infancia, la de ilusiones y sueños del niño o niña que fuimos y que parece habernos dejado hace años, pero que cada diciembre, sin falta, regresa para decirnos al oído: "Disfruta, goza, sé feliz, aprovéchate de la vida".

Claro que no es fácil sentirnos eufóricos como niños. La Navidad despierta la nostalgia y los recuerdos no siempre son buenos; la época se presta también para pensar en los seres queridos que ya no están con nosotros.

Hay veces que la alegría que nos rodea nos resulta dolorosa porque no podemos sentirla o compartirla, pero si estamos conscientes de lo que nos pasa e identificamos el origen de nuestro sentimiento, con ello estaremos "del otro lado" y seremos capaces de sobreponernos y de cambiar todo lo negativo por un sentimiento positivo o, por lo menos, neutral y maduro. Lo que pasó, ya pasó, ahora lo que importa es hoy y de aquí en adelante.

Es definitivo que a las mujeres nos toca poner el ambiente y hacer que el humor prevalezca en la casa, para que todos sientan la armonía y la belleza de la época. Somos nosotras las que disponemos y organizamos todo lo que concierne al hogar.

Todos corren y se desaparecen a la hora de sacar del clóset los adornos navideños y empezar a poner el pino, pero qué tal cuando llegan a casa y ven todo decorado y en su lugar, y si aparte nos damos tiempo para preparar una receta de galletas de jengibre, canela o clavo...

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