Parece ficción, es la realidad

AutorMaría Luisa Medellín

Los familiares y amigos de Toño reunían fondos para solventar los "moches" que debía pagar el joven dentro del Reclusorio Oriente, donde permanecía injustamente preso por homicidio calificado.

Habían desembolsado casi 2 mil pesos para que no lo golpearan y se ahorrara la fajina -hacer aseo y lavar excusados-. Además, el abogado pidió 40 mil por litigar el juicio y 30 mil por la apelación.

No tenían más dinero y se les ocurrió organizar bailes para conseguirlo.

Al rentar una camioneta para trasladar el equipo de sonido, conocieron a Marco Antonio Arias, propietario del negocio.

Uno de ellos acababa de leer su caso en el periódico, y lo reconoció.

Acusado de robo de vehículo y condenado a siete años de prisión, pese a que el afectado confesó que los judiciales lo obligaron a inculparlo, Marco recuperó su libertad hasta que una pareja de abogados filmó su testimonio y el de otros internos en el cortometraje El Túnel, que daba cuenta de las irregularidades del proceso penal en el País.

Marco no les cobró la renta del vehículo y les proporcionó los números telefónicos de los esposos y abogados, Roberto Hernández y Layda Negrete, catedráticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, con experiencia en el análisis del sistema de justicia mexicano y estudiantes becados del doctorado en políticas públicas de la Universidad de Berkeley.

De no ser por ellos, les reiteró, aún estaría tras las rejas.

El relato lo hace José Antonio Zúñiga Rodríguez (Toño), de 31 años, quien ingresó al Reclusorio Oriente el 14 de diciembre de 2005, condenado a 20 años 5 meses y 18 días por homicidio calificado, y quien libre ahora gracias a los videos de la reposición de su juicio y el fallo del Tribunal Superior de Justicia del DF, comparte la historia tras el documental Presunto Culpable, donde protagoniza su propio drama: el de ser juzgado en México.

Moreno, robusto, de rasgos duros y ojos intensos, enmarcados por cejas espesas, Toño narra que todo comenzó el 12 de diciembre de 2005, cuando sin orden de aprehensión y en un auto sin placas, unos policías que en principio creyó secuestradores lo llevaron a unas oficinas, donde lo mantuvieron dos días incomunicado.

"Uno me decía: 'Tú fuiste'. Yo ni idea de qué me acusaban, pero él repetía: 'Ya te agarré, ya te ching...".

Y es que el día anterior, en la colonia Polvorilla, asesinaron a balazos a Juan Pablo Reyes, y su primo Víctor Daniel, de 17 años, señaló a Toño como homicida.

Pese a que la prueba de balística...

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