Opinión Invitada / Se venden candidatos

AutorOpinión Invitada

Andrés Clariond Rangel

El mundo es ya un gran banner publicitario. Cualquier espacio físico o virtual, tiempo radiofónico, cibernético y no se diga de televisión, se vende al mejor postor.

Aunque todavía es posible, en la mayoría de los casos, cerrarle la puerta a la publicidad, no falta mucho para que esto ya no sea así. Un futuro en el que, al abrir la llave de agua, ésta venga con una sopa de letras publicitarias, o que al marcar un número telefónico personal primero se tenga forzoso acceso a las últimas ofertas de la tienda "X", no se ve nada lejano.

En estos días, además de ver sus vidas invadidas por la publicidad usual, los ciudadanos tienen que soportar panorámicos y anuncios gigantescos de los aspirantes a los diferentes puestos de elección popular. Y no se trata precisamente de una pasarela de bellos rostros que alegran la vida de quien los ve, sino del producto de arduas horas frente al Photoshop para tratar de ocultar lo inocultable y exaltar lo inexistente.

Es cómico ver a los candidatos en una posición de sumisión frente al pueblo. Al venderse como un producto y rogar al público que los acepte se puede llegar hasta a simpatizar con ellos, a verlos como niños obstinados en conseguir a toda costa el juguete de sus sueños, mostrándose más humanos que nunca.

Pero qué contraste tan grande cuando llegan a sus codiciados puestos, los papeles se revierten y el pueblo deja de tener poder alguno sobre ellos. A pesar de haberse ofertado como un bien de consumo, no se permiten devoluciones.

Con la promesa de no te pagaré ahora, pero te haré rico en cuanto llegue al poder, los candidatos locales importan publicistas de la capital del país para que les vengan a dorar la píldora con frases huecas, comerciales bobos y spots de radio ridículos. Si anteriormente ya se consideraba prioritario en una campaña política el gasto en publicidad, con el triunfo de Barack Obama en las elecciones estadounidenses, un triunfo que muchos acreditan a su aparato publicitario, esto se ha agudizado.

El querer emular una campaña como la de Obama ha llevado a los aspirantes locales a la búsqueda de una fórmula publicitaria para arrasar con sus contrincantes, poniendo todas las esperanzas en sus publicistas. Pero, ¿será la clave contratar al creativo adecuado?, ¿le deberá Obama sus éxitos a los publicistas?

Barack Obama comenzó su odisea dentro de las primarias del Partido...

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