Opinión Invitada / Santísima impunidad

AutorOpinión Invitada

Rogelio Sada Zambrano

La justicia, atemorizada o comprada, está preocupada más por la forma que por el fondo, simulando imparcialidad, alegando proteger los derechos de los acusados, pero en el fondo despreciando el de los lastimados. Vaya tragedia, ¡cuántos casos nos ha venido evidenciando la marcha de Javier Sicilia!

Adalberto Madero reinsertado en el PAN. ¡Qué impunidad! No, las pruebas contra Madero no se sustentaron en simples recortes de periódico. Se sustentaron en contratos por él firmados, actas de Cabildo y testimonios declarados. La Comisión de Orden del Consejo Nacional del PAN, presidida por Tarsicio Rodríguez, aunque en destiempo, pero de frente al acusado y su defensor, así lo decretó: ¡Madero expulsado!

La Comisión encontró condenables sus actos de compra y extorsión a los regidores, su reiterada contraposición a las decisiones del partido que lo postuló, su falta de ética, sus comprobados actos de corrupción y, en suma, muy particularmente el grave desprestigio, todo ello derivado de su reprobable conducta, inferido a su partido.

Por ello, cualquier panista que se aprecie de ser honrado sentirá como insultante la reincorporación de Madero.

Algunos de sus abusos específicos consistieron en extorsionar a miembros del Cabildo; comprar la voluntad de los regidores del PRI, del PT y de la mitad de los del PAN; faltar a la más elemental ética; esquilmar el producto de los parquímetros; otorgar gratuitamente y sin autorización del Cabildo una ilegal concesión a Publitop, S.A. de C.V.; ser acusado penalmente por más de una docena de socios de Canadevi, y autorizar en una sola sesión y sin vista previa más de 700 licencias de venta de alcoholes.

No se midió. Nada le importó. Incurrió en reiterados abusos de poder e innumerables actos de corrupción y de extorsión, todos ellos sin límites.

Es triste atestiguar que, poco a poco, más y más funcionarios que dicen ser panistas van perdiendo el piso; la mayoría por conveniencia, pero otros, quizás los menos, porque piensan que le hace menos daño al partido solapar la corrupción que soportar los daños de su escándalo: la opción, dicen, de optar por el mal menor. ¡Gulp! Yo no comprendo.

Por cierto, tampoco comprendo cómo es que dos ilustres ex alcaldes, ambos de San Pedro, en ocasión de la boda del interfecto, le dieran con su presencia su público apoyo manifiesto.

Y la culpa de este trágico sainete es de muchos. Es...

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