Opinión Invitada / Reforma pendiente

AutorOpinión Invitada

Luis Alberto Herrán Ávila

Desde la década de los 90, el tema de la reforma al sistema de justicia en México ha ocupado espacios importantes en el discurso gubernamental. Esto sucedió a la luz de la creación de organismos de derechos humanos y de la necesidad de vincular las demandas de imparcialidad y equidad ante la ley con la idea de modernización institucional.

En términos muy generales, se buscaba que el sistema de justicia mexicano se pusiera al día con la apertura institucional y el paradigma de rendición de cuentas, promovido por instancias nacionales e internacionales como un paso necesario para apuntalar la apertura democrática.

En años más recientes, a pesar de innovaciones y logros en materia de procesos (por ejemplo, los juicios orales), el panorama de una reforma penal integral que incida claramente en el desempeño del Poder Judicial parece todavía nebuloso.

Diagnósticos incompletos, legislaciones dispares, falta de coordinación y/u homologación entre instancias federales y estatales, así como la tan prometida profesionalización de jueces, ministerios y policías aparecieron como síntomas de tensiones más profundas entre la insistente necesidad de centralizar las tareas de seguridad y la presencia de una estructura federal que sostiene la autonomía municipal y de las propias entidades.

Así, en este contexto de múltiples retos, proyectos como la modernización del sistema penitenciario, la autonomía de los ministerios, o la reforma a los procesos penales, aparecen hoy olvidados y archivados, o desperdigados en una seria de iniciativas a niveles locales y estatales, pero sin un eje articulador a nivel nacional.

Por otro lado, el énfasis en el "castigo ejemplar" (por ejemplo, las burdas campañas a favor de la pena de muerte), así como la idea de una "guerra contra el crimen", ambas basadas más en la desesperación causada por la violencia, han permitido que los temas nodales de esta reforma integral se disuelvan en el aire.

Con esos antecedentes, el problema actual de la seguridad pública en el País hace más patentes estas deficiencias y estancamientos. Episodios como el asesinato de la activista Marisela Escobedo, o el acoso a la familia Reyes Salazar, nos han mostrado una de las facetas más duras del fenómeno de la violencia diaria: la impotencia ciudadana y el sentimiento de abandono gubernamental en que se encuentran sumidos lugares como Ciudad Juárez.

En días recientes, la proyección del...

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